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¿Quién quiere ser policía en Guanajuato?

Opinión

Don Giovanni

1.- ¿Quién quiere ser policía en Guanajuato?

 
 

El llamado del gobierno estatal para integrar la Policía de Investigación de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado (FSPE) no encontró mayor eco, evidenciando un palpable desinterés ciudadano.

El 3 de octubre se lanzó la convocatoria: “La construcción ya está, ya se está trabajando”, dijo al día siguiente el secretario de Seguridad de Guanajuato, Juan Mauro González Martínez. Con corte al 7 de noviembre, a poco más de un mes de emitido el llamado, solo siete personas se inscribieron con la intención de ser policías de investigación, según información de la Comisaría General de las Fuerzas de Seguridad Pública del Estado.

Ser policía se ha convertido en una salida para quienes, atraídos por el dinero, engrosan sus filas. Aunque esto no es necesariamente lo más común, como en este caso, ni el ascendente salario de 13 mil 843 pesos en formación hasta llegar a 27 mil 672 pesos ya en activo fue suficiente para atraer más convocatoria.

El reclutamiento no es un problema exclusivo de las FSPE. Las corporaciones municipales enfrentan la misma situación: poca participación. Y con los pocos que deciden afrontar el reto, se inicia un proceso de depuración a través de los exámenes de Control y Confianza. Al final, solo unos pocos se suman a la policía, y se espera que sean los mejores.

¿Quién quiere ser policía? Esta pregunta podría responderse con los resultados de la Encuesta de Autopercepción Policial 2024: de 5 mil uniformados municipales en Guanajuato, 2 mil 970 consideran que la ciudadanía no agradece el riesgo que implica ser policía, por desconfianza, prejuicio y desconocimiento de la función. Otros 1 mil 905 dicen no contar con la preparación suficiente para enfrentar una situación de criminalidad.

¿Quién quiere ser policía cuando 1 mil 805 policías consideran que, debido al machismo y la corrupción, las mujeres no tienen las mismas oportunidades de ascenso? ¿Quién quiere ser policía cuando 1 mil 115 han sido víctimas de acoso sexual por sus mandos, compañeros o directivos? ¿Quién quiere ser policía cuando Guanajuato es el estado donde más matan policías?

Lo cierto es que, aún con lo anterior, hay quienes quieren ser policías. Del universo de 5 mil agentes, 4 mil 275 nunca han pensado en renunciar, y 4 mil 115 consideran que la función de investigación es necesaria. Un número similar opina que el combate al crimen se puede mejorar con una corporación de seguridad que investigue. Para que lleguen más habrá que escuchar qué es lo que dicen los que ya están.

Claro está que no solo se trata de sumar números hasta completar un 100% como garantía de éxito. La Policía de Investigación que se busca construir en Guanajuato se queda atrás en el panorama nacional, pues, mientras a nivel federal se aprobaron reformas para fortalecer esta capacidad, en el estado no se votó un dictamen aprobado hace meses sobre el tema y no se ven cercanas reformas en ese sentido.

2.- Entre grillas, alumnos cuestionan calidad de clases en la UG

 
 

La grilla permanente en la Universidad de Guanajuato se ha trasladado ahora a la División de Derecho, Política y Gobierno, donde algunos estudiantes denuncian modelos de enseñanza arcaicos. Este señalamiento caló hondo en las altas esferas de la máxima casa de estudios.

Recientemente, estudiantes de un grupo de tercer semestre de la Licenciatura en Derecho protestaron contra el docente Carlos Mario Téllez Guzmán. Entregaron en blanco sus exámenes de la materia Teoría General del Proceso y acusaron que no había calidad en las clases que impartía y explicaron a las autoridades educativas sus razones. Sin embargo, otros muchos salieron en defensa del maestro y aseguraron que, en su paso por la facultad, su desempeño fue destacado.

Como no es común, se emitió un comunicado firmado por Leandro Astrain Bañuelos, director de la División de Derecho, Política y Gobierno: “Es falsa la información que anda circulando en redes sociales en el sentido de que fue destituido de dicha clase a petición de un grupo de estudiantes. El maestro Carlos Mario Téllez cuenta con todo nuestro respaldo, reconocimiento y respeto”.

Será el sereno, pero una respuesta así indica que la crítica legítima de los alumnos para exigir otros modelos de enseñanza y de mayor calidad no ha sido bien recibida. Tampoco hay que olvidar que esas críticas están enmarcadas en un proceso de elección de representantes de la comunidad estudiantil ante el Consejo Divisional.

3.- Iniciativas de paja en el Congreso del Estado

 
 

El Congreso del Estado de Guanajuato es uno de los menos productivos en todo el país y, a la vez, uno de los que mejor paga a sus legisladores. En 2022, se presentaron 321 iniciativas, lo que ubicó a Guanajuato en el lugar 27 a nivel nacional, según el más reciente Censo Nacional de Poderes Legislativos Estatales (CNPLE) 2023, publicado por el INEGI este año.

En la legislatura que recién terminó, se presentaron 541 iniciativas de reforma, a las que se sumaron los exhortos (llamados a misa) realizados por los diputados. Del total de iniciativas, solo se aprobaron 206.

A pesar de esa baja productividad, algunos legisladores engrosan las sesiones con iniciativas que no tendrán mayor futuro que aumentar su registro individual. Estas iniciativas, en las comisiones, se quedarán perdidas en el olvido, como tantas otras que se han presentado con el mismo fin.

Un ejemplo de ello es la iniciativa que busca reformar la Ley del Trabajo de los Servidores Públicos al Servicio del Estado y de los Municipios. Fue presentada ayer por Rodrigo González Zaragoza, de Movimiento Ciudadano, y propone una licencia de cinco días para los trabajadores por la muerte de un familiar en primer grado de parentesco. Sin embargo, solo aplicaría para los trabajadores del gobierno.

Este es solo un ejemplo entre lo que hemos visto y seguramente veremos: un contraste entre las urgencias del estado y el cumplir, por cumplir, un rol.

Contra Retrato

Juan Miguel Ramírez Sánchez

 
 

Los cuerpos de Josué Daniel y Janette están tendidos en el piso sobre un charco de sangre. Al fondo, una G de la “Grandeza de México”. Comerciantes resguardan a una niña, hija de la pareja asesinada. Las familias se van de La Alameda. Es uno de los retratos de horror que forman parte de la galería de la violencia cruda en Celaya.

Los guardias nacionales se fueron momentos antes del ataque. Las cámaras de seguridad no grabaron el hecho. El presidente municipal asegura que hay indicios de que los sistemas de videovigilancia fueron hackeados, aunque esto también podría ser una salida más fácil para reconocer la posible penetración del crimen organizado en la operación de su C4… y desde antes.

Juan Miguel Ramírez Sánchez fanfarronea demasiado pronto sobre la reducción de los niveles de violencia en Celaya, acomodando las cifras de manera que favorezcan su discurso, comparando su primera semana o primer mes con el mismo periodo del gobierno anterior. La realidad ya le ha dado varias bofetadas, como lo ocurrido en La Alameda.

El poder se ejerce, y Juan Miguel Ramírez Sánchez lo ha usado en su primer mes de gobierno más para hablar del pasado y desechar a quienes le resultan incómodos. No lo ha usado para redirigir el destino de Celaya, que sigue desbordado de violencia. Lo usa, además, para vender ilusiones de otra realidad, como con la contratación de "influencers".

Celaya, con un gobierno de otro color, no parece tan diferente del que existía antes del 10 de octubre, aunque su alcalde lo repita como si con eso se convirtiera en verdad.

 

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