Sin etiquetas
No es necesario ondear la bandera arcoíris como parte de una campaña política, es más inclusivo prescindir de etiquetas que resaltarlas.
La representación de la comunidad LGBT en la vida política es importante. El año pasado, tras su éxito en el reality show ‘La casa de los famosos’, varios partidos políticos ‘coquetearon’ con Wendy Guevara.
En aquel entonces, el ahora candidato a la alcaldía de León, Juan Pablo Delgado, calificó los intentos de atraer a la influencer como mero oportunismo.
Para las elecciones de este año, la también celebridad trans, Paola Suárez, competirá por una diputación local amparada por la alianza Morena-PT-PVEM
Los esfuerzos por ser inclusivos son loables, sin embargo, la diversidad aún se interpreta como propaganda, y en gran parte de los casos la búsqueda de equidad refuerza etiquetas y estereotipos.
Inclusión
Fue necesario implementar la paridad de género para abrir oportunidades a las mujeres en el ámbito político. Gracias en parte a esta dinámica Guanajuato tiene en estos comicios tres mujeres aspirantes a la gubernatura.
Se han dado grandes pasos rumbo a la equidad y en recientes años también se ha avanzado en la inclusión. Desde 2016, Guanajuato capital contó con la primera regidora trans, Rubí Sánchez Araujo del PRD. En León, en 2021, llegó también a una regiduría Lucía Verdín, la ‘Wera Limón’, activista de la comunidad y feminista adscrita a Movimiento Ciudadano.
Los acercamientos a integrantes del colectivo LGBT suelen tener como objetivo atraer los votos de minorías, en la mayoría de los casos poco tienen que ver con la experiencia y aptitudes de los candidatos. Además, una imagen de apertura y no discriminación siempre va a resultar positiva, sobre todo ante los jóvenes.
El caso de Juan Pablo Delgado, de MC, es digno de destacarse. En su intento por gobernar León en 2021, se le promocionaba como el primer candidato gay a la alcaldía. A tres años de distancia, Delgado vuelve a la contienda despojado de la etiqueta, como un aspirante más, con propuestas enfocadas a toda la ciudadanía.
Tal vez por fin va quedando claro que no es necesario ondear la bandera arcoíris como parte de una campaña, que es más inclusivo obviar etiquetas que resaltarlas.
Vida privada
La religión e identidad sexual son sólo algunos factores que forman parte de la vida personal de quienes persiguen un cargo público. Ventilar los ‘trapos sucios’, cuestiones privadas de los políticos, es una estrategia frecuente, la más baja, a la que se recurre en tiempos electorales.
Hace tres años, Movimiento Ciudadano canceló la campaña de Alan Alcántar, candidato gay a la diputación local por el distrito III, luego de que espectaculares con su imagen fueron víctimas de actos vandálicos.
Las redes sociales han fomentado el escarnio, ataques, difusión de calumnias en contra de políticos, sobre todo de las mujeres y representantes de la comunidad LGBT. Esto nos habla de que pese a los avances en inclusión y equidad, prevalecen en la sociedad el machismo, la homofobia, el odio y la discriminación.
Por desgracia, la sobreexposición de la vida personal en que caen algunos candidatos, en su afán por acercarse a la gente y mostrarse humanos, los vulnera y abre la puerta a conductas violentas que no siempre se quedan en el plano digital.
¿Oportunismo?
Michel Vladimir Santos, aspirante del PT a la presidencia municipal de León, intentó registrarse como mujer trans para obtener la primera regiduría de su planilla; esto, para encajar en las reglas de paridad de género. El Instituto Electoral del Estado de Guanajuato descartó el registro.
También en Moroleón, Apaseo el Grande y Tierra Blanca, consejeros electorales reportaron situaciones semejantes que sometieron a análisis.
El candidato cuestionó la decisión de las autoridades electorales al no aceptar la definición de su identidad en el registro, “basta la autodescripción de una persona para aceptarse lo que esa autodescripción diga”, argumentó.
Sin embargo, al existir otros casos como el suyo, las dudas resultaron razonables.
La identidad sexual no es un juego en un estado que en 2023 quedó en sexto puesto a nivel nacional en materia de crímenes de odio; la organización LGBT Rights documentó alrededor de 26 casos.
LO SUPERFLUO: La integración de mujeres y representantes de la diversidad sexual es fundamental y necesaria en la vida política.
LO PROFUNDO: El oportunismo y la necesidad de cubrir cuotas a veces empañan las buenas intenciones de inclusión.
