Desesperación, sacrificio y migración: desempleo sigue aquejando a los guanauatenses
Guanajuato, Guanajuato.- Apenas el pasado martes, Periódico Correo informó que Guanajuato es el que tiene menor brecha salarial en todo el país según el coeficiente de GINI, lo que quiere decir que la diferencia entre las personas que ganan los salarios más altos y los que tienen las percepciones más bajas es la menor de todo México.
Y aunque este dato es positivo para la economía de la entidad, no contempla a otro sector aún más desfavorecido que el de las personas con salarios bajos: los desempleados, que al carecer de trabajo no gozan de ningún de remuneración asegurada, y deben batallar día a día o emprender algún negocio poniendo en riesgo su patrimonio para ganarse el alimento para ellos o su familia.
Y es que a pesar de todos los avances en inversión extranjera y el desarrollo económico que ha presentado el estado en los últimos años, los testimonios presentados hoy por Correo demuestran que este crecimiento no llega al cien por ciento de la población de Guanajuato.
Luis y Gonzalo se enfrentan a la desesperación del desempleo en Salamanca
Luis Hernández y Gonzalo Mata tienen cerca de tres meses buscando empleo. Uno es albañil mientras que el otro ha aprendido varios oficios. Ambos ven reducidos los espacios laborales y cada día aumenta la inquietud por tener que llevar el sustento a casa.
Al igual que al menos una veintena de personas, en su mayoría hombres de entre 35 y 50 años de edad, Luis y Gonzalo llegan hasta el jardín principal de Salamanca con la esperanza de ser reclutados por contratistas que llegan a este lugar de manera eventual.
El primero de ellos es padre de familia de tres hijos, de 15, 10 y 8 años, sin embargo se quedó sin empleo hace casi tres meses en que concluyeron los trabajos en la constructora donde había sido contratado. Después de ello ha hecho trabajos particulares pero han sido pequeños y lo que requiere es un salario estable.
"Está muy canijo y uno se desespera por todos los gastos que hay en la casa, la luz, el agua, eso no espera, la comida, ahorita como quiera los hijos ya salieron este viernes de vacaciones y mi esposa ayuda por qué vende ropa y otras cosas por internet, pero no alcanza y me desespero porque no quiero que la carga sea toda para ella", afirmó.
En el caso de Gonzalo ha aprendido varios oficios con el paso de los años, desde albañilería, carpintería, soldador y algo de plomería, sin embargo menciona que es mucha la competencia y pocas las oportunidades de encontrar trabajos particulares, por ello decidió buscar un empleo de más tiempo y con un salario fijo.
"Mis muchachos ya están casados y tienen sus familias, solamente estoy yo con mi esposa y un nieto al que le ayudamos, allí hemos ido saliendo con la pensión que nos dan pero aunque somos solamente nosotros, ya no rinde para nada, ya en una despensa pequeña se van hasta más de mil pesos, sin contar los otros gastos".
Los trabajadores permanecieron hasta cerca de las 2:00 de la tarde de este viernes y estarán de regreso el próximo lunes en espera de tener suerte.
"Esperamos que sí, o contactarnos con otros compañeros a ver sí hay algo, aquí vienen luego también de empresas pero ahí quieren estudios y eso no tenemos”, lamentan.
Martín batalla contra la diabetes y la falta de trabajo en Valle de Santiago
Para Martín Silva Gómez, el conseguir un trabajo a sus 54 años de edad le es más difícil, porque en una empresa ya no lo aceptan y menos si padece enfermedades.
Logra llevar el sustento con trabajos de jardinería y plomería que logra conseguir en los ratitos que le quedan libres al salir de la pensión en la que logró lo ocuparán.
"Ahorita te piden que tengas primaria, secundaria; si no lo tienes ya no te dan trabajo. De a tiro está muy escaso. En donde podrían dar es en las fábricas, pero uno como ya está grande, con 54 años, no lo quieren y menos si estás enfermo", señaló.
Martín dijo que padece diabetes lo que hace todavía más complicado que le den trabajo.
"No lo escondo, a veces pienso hacerlo por la necesidad, pero soy honesto, aunque es muy difícil conseguir trabajo así ya", admite.
Dijo que está felizmente casado, con dos hijas y como ha podido ha logrado salir adelante junto a su familia, "pero ha sido muy difícil. Soy jardinero, albañil, porque no es constante ni uno, ni otro, de repente fallan ambos, no hay y nos toca navegar. Hay veces que nada más doy una comida al día".
Comentó que cuenta con un vecino que tiene una tienda de abarrotes y le pide fiado, lo que le ha ayudado a sobrellevar las épocas de vacas flacas.
"Me da crédito, ahorita trabajo en el estacionamiento de lunes a sábado, de 11:00 a 6:00, son mil pesitos y de esos me quitan 600 de Infonavit, el resto va directo a pagar la tienda, por eso tengo que buscarle en la jardinería y albañilería, hay que buscarle", afirma.
Martín agregó que su hija la mayor, padece diabetes y ocupa cuidados, "las tiritas para checarse la glucosa, no las dan en los hospitales, ni en el seguro social, la cajita me cuesta 380 pesos, por eso tengo que buscarle por fuera. Ahorita tengo dos semanas que mi hija no se checa la glucosa, no tengo para comprar, es muy difícil en estos tiempos".
Finalmente dijo que "Dios es bueno" y en el estacionamiento le salen pequeños trabajos de lavado de autos, "40 pesitos, entonces es necesario echarle ganas, hartas ganas para salir adelante".
Escasés de oportunidades laborales obliga a los jóvenes a migrar a Estados Unidos
Miguel Cervantes, originario de Pénjamo, ha pasado rachas sin trabajar no mayor a tres meses, pero siempre termina encontrando empleo aunque sea en la obra o en el campo.
Joven originario de una comunidad de Pénjamo ubicada en la sierra, a sus 20 años, ha tenido una vida un tanto complicada debido a su decisión personal de no seguir estudiando, “apenas terminé la secundaria, ya no quise ir a la preparatoria porque la escuela es no para mí”, citó.
El entrevistado dijo que desde los 16 años de edad comenzó a trabajar para ganar su propio dinero y ayudar a su familia, primero en el campo y luego en la construcción, donde las jornadas de trabajo son extenuantes y la paga es poca.
Miguel, al cumplir los 20 años de edad, vivió momentos difíciles al no encontrar trabajo y esperar la llegada de su primer hijo, “fue desesperante, saber que necesitaba dinero para ir al médico y cualquier imprevisto y no tenerlo, llegué a estar casi tres meses sin trabajo, por eso me decidí a irme a trabajar contratado en los Estados Unidos”, donde vivió por cuatro meses lejos de su familia, con la firma convicción de tener una mejor calidad de vida.
“A veces es complicado conseguir trabajo pero casi siempre hay, casi siempre hay vacantes en la obra o en el campo, pero es un trabajo que casi nadie quiere, todos quisiéramos ganar dinero desde una oficina, pero no se puede, siempre hay que salir a chingarle”, afirmó.
Dijo que la situación económica actual no es la más favorable por lo que no descarta la posibilidad de volver a irse a los Estados Unidos en los próximos meses.
Familias de Irapuato se ven obligadas a emprender para tener una mejor calidad de vida
Tener un empleo en alguna empresa no es una opción laboral para Geraldyn quien se encarga de su hogar y del cuidado de sus tres hijos, pues considera que con sus estudios de preparatoria no ganaría lo suficiente para tener un buen ingreso y tener que pagar porque alguien cuide de sus pequeños.
Su esposo cuenta con dos trabajos ante la dura situación económica que prevalece en gran parte del país y aunque intentó poner un puesto de tacos para poder estar en la casa trabajando, este negocio no le resultó pues implicaba todo el día estar surtiendo los insumos, preparando la carne y demás, y llegó un momento en que sintió que no les daba la atención suficiente a sus hijos, además de que los ingresos no eran lo que esperaban.
Recientemente puso un local para lavar autos y considera que este negocio sí será mejor, pues no implica mucho tiempo invertido y puede hacerse cargo de sus niños de ocho, cinco y tres años de edad, que requieren de su mayor atención en esta etapa de desarrollo, y es que no cuenta con alguien o un lugar donde pudiera dejarlos para poder tener un ingreso más formal o incluso prestaciones.
Consideró que para las mujeres es más complicado encontrar un trabajo que puedan combinar con los quehaceres del hogar y el cuidado de los hijos, pues son actividades que no se pueden dejar de hacer y que tampoco hay trabajos que tengan alguna flexibilidad o facilidades para combinar las dos cosas.
Lo único que podría decirle a los jóvenes es que se preparen para tener mejores oportunidades laborales y si no tienen hijos pues empiecen a prepararse cómo se organizarán una vez que lleguen para que no tengan las dificultares que en su caso ha enfrentado, y es que si a ella le llegara la oportunidad de trabajar en una empresa, sí lo pensaría pues es mucho tiempo invertido y poco sueldo.
*Noticia escrita por Nayeli García, Yadira Cárdenas, Manuel Arriaga y Luis Telles