La fiebre del carbón: tala y tráfico ilegal en la Sierra Gorda de Guanajuato
La Sierra Gorda de Guanajuato se ve amenazada por una creciente tala, que ahora se ve motivada por el tráfico de carbón, a todas luces ilegal…
Eliazar Velázquez/Staff Correo
Estado.- En una amplia zona del municipio de Xichú, localizada en la parte alta de las montañas colindantes con Victoria y Santa Catarina, es una práctica cotidiana la tala ilegal de árboles para elaborar carbón y leña con propósitos comerciales.
Se trata de un área de la Sierra Gorda de Guanajuato que por su ubicación y altura, es particularmente estratégica para la concentración del agua que nutre ríos y arroyos situados en las faldas de los cerros y en las cañadas.
Esto sucede a la vista de autoridades municipales, estatales, y ante la inoperancia y negligencia de los funcionarios federales que desde hace 15 años han sido desplegados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) en su oficina de San Luis de la Paz, para administrar la “Reserva de la Biósfera Sierra Gorda de Guanajuato”.
Ubicación de la zona con actividad de tala y tráfico ilegal de carbón en la ANP de la Reserva de la Biosfera Sierra Gorda de Guanajuato
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Carbonería
Personas mayores cuentan que la carbonería ha sido parte de los usos y costumbres en algunas comunidades. Fue apenas en la década de los ochenta cuando se generalizó el uso de otro tipo de combustibles.
En el mismo siglo pasado ya hubo momentos donde no se limitó a una mera práctica familiar y al consumo local, hay relatos de que en la medianía de aquella centuria algunos fuereños adinerados propiciaron devastaciones de inmensas arboladas para producirlo en gran escala mediante la explotación de mano de obra barata.
A parajes les sobrevive el nombre de “patios”, ahí desembocaban los arrieros con el carbón que sería transportado fuera de la Sierra Gorda de Guanajuato; igualmente, persisten referencias lingüísticas como “pinaleño” o “el pinal”, expresiones que invocan majestuosas espesuras desaparecidas.
Procedimiento para la elaboración de los hornos (testimonio anónimo):
“Ahí mismo donde trozan los árboles hacen el armado, acomodan los trozos de madera que quede redondo, abajo ancho y arriba cerrar casi en nada, abajo le meten pedazos grandes, de ahí le van acomodando trocitos pequeños de modo que quede nomás la copa arriba, pero al centro le dejan un hueco, es donde le avientan la lumbre para dentro. Luego buscan basura de pino, la echan sobre la leña, encima de ese tendido va la tierra. Esa capa es para que no se vaya entre la leña y se ahogue, porque con tierra ya no prende, el chiste es que quede hueca”.
La fiebre del carbón
Varias comunidades situadas en la cima de los cerros desde hace años están convertidas en una especie de territorio sin ley donde la elaboración y venta ilegal de carbón y leña se ejerce como algo “normal”, aunque actualmente es en las inmediaciones de la que se denomina “El Revolcadero” donde es más visible.
Según datos del INEGI esta localidad cuenta con 149 habitantes (84 mujeres, 65 hombres) De las 41 viviendas habitadas el 98 por ciento cuenta con electricidad y el 32 por ciento con internet .
Está situada en un área de gran relevancia para la generación de agua y oxígeno, por lo que el ejido Misión de Santa Rosa, al que pertenece, está recibiendo en anualidades (desde 2020 y hasta 2024) un total 2 millones 40 mil pesos del “Programa Apoyos para el Desarrollo Forestal Sustentable, CONAFOR”. Hace apenas unos años ya tuvo ese mismo beneficio.
Pero en evidente contradicción con los propósitos de ese “Pago por Servicios Ambientales” que recibe el núcleo agrario, en las inmediaciones del Revolcadero seguido se escucha el ruido de motosierras y entre el bosque se distinguen las fumarolas de los hornos, el humo es de un inconfundible color blanco.
El carbón y derribo de árboles (incluso verdes) se hacen tanto en parcelas de ejidatarios o posesionarios, como en tierras de uso común.
En casas y entradas de milpas es cotidiano observar costales de carbón o montones de leña a la espera de ser transportados. Toda esta actividad se realiza sin mediar estudios de impacto ambiental, sin estrategia de restauración, y rompiendo sus propias jerarquías y normas internas, pues hay indicios de que todavía a finales del siglo pasado, las personas pedían permiso a la asamblea comunal hasta para cortar en su propia parcela algún palo necesario para elaborar sus herramientas.
Campesinos en desacuerdo con lo que está sucediendo, pero que por temor no lo denuncian abiertamente, desde el anonimato describieron la riqueza natural que se ha estado perdiendo en la Sierra Gorda de Guanajuato:
“Hace veinte, a treinta años, aquí en todo el filo de la sierra había lugares donde el sol no pegaba, siempre estaba oscuro, había unos árboles grandísimos, encinos, pinos…En estos tiempos de frio que cae hielo, en todo el día el hielo no se acababa, la tierra hasta como que se enchinaba, iba uno pisando en la vereda y nomas tronaban los vidrios, no se acababa el hielo porque no le daba sol al lugar, estaba cerradito de una arbolada grandísima, pero ya por ahí los empezaron a tumbar, y qué pasó, que en tiempos de mayo hay sufrimiento de agua, porque la agüita sale donde hay árboles…”
Hornos clandestinos: travesía en las montañas
Una mañana de diciembre, caminando entre aromas de betónica, poleo, yerba del aire, entre escurrideros de agua, álamos con huellas de rayos y lluvias intensas, cerca de una cascada que completaba ese cuadro majestuoso de pronto los ojos se encontraron con un inmenso escobillo destrozado por cortes precisos de motosierra. Era un árbol joven. Los pedazos estaban esparcidos, los rayos de sol apenas lograban entrar en la espesura. El lugar estaba solitario, no era un predio particular, sino un cerro que pertenece a todos.
Si la intención de quienes lo cortaron era venderlo como leña verde -por la que les pagan poco menos de cien pesos la “carga”-, no tardarían en moverlo hasta una zona más manejable. Por su tamaño, ocuparían muchos viajes en burro o macho.
Tardó diez o quince años en alcanzar ese cuerpo, pero para quitarle la vida solo ocuparon unos cuantos minutos.
Conversación con comprador de carbón
Pasaba de mediodía cuando en la tierra rojiza, donde cruzaban una brecha y una vereda, se distinguieron partículas negras, se trataba de pedacitos de carbón que hacía apenas algunas horas habrían quedado esparcidos, como si se hubieran caído de un costal. Siguiendo el sendero también había huellas frescas de animales de carga.
Mesa Colorada
Llegando a la parte alta, conocida como “Mesa Colorada”, los indicios se perdían en algunos tramos porque la hojarasca aumentaba el grosor de la capa del camino, aunque luego continuaban. De pronto, con una violencia que hería y lastimaba el entorno, junto al alambrado que delimitaba una propiedad, apareció un trozo de hule junto a botellas de plástico esparcidas sin ningún escrúpulo, eran los indicios de que ahí se habían establecido algunas gentes. Y así era, el motivo de inmediato fue visible.
Confirmando lo que había relatado un campesino, de que los carboneros “cuando llegan a hacer desmonte no nomás es un hornito por allí que no se note, esos le meten parejito, como quien ciega una milpa con pastura…”, la escena mostraba que quizás esa misma madrugada habían sacado el producto de cuando menos tres hornos.
Los hornos de la “Mesa Colorada” y Revolcadero Fotos: Eliazar Velázquez
Todavía estaba vivo el olor a lumbre de la tierra ennegrecida. Poco más de una decena de troncos de árboles jóvenes estaban ahí como evidencias de que no tuvieron piedad, ni siquiera respetaron un inmenso árbol del cercado.
Para hacer toda esa maniobra tuvieron que pernoctar varias jornadas. Por la altura, el sonido de la motosierra debió percibirse muy lejos, como igualmente la humareda; luego, la brecha donde esporádicamente transitan automóviles está apenas a unos cuantos pasos, pero a los carboneros eso no les importó, como siempre ha sucedido nadie se atrevería a molestarlos, ni siquiera porque esas huellas del suelo quemado tardan años en borrarse.
La Adobera
Siguiendo un sendero conocido como “camino real”, por donde durante siglos transitaron arrieros, partideños y ruta de peregrinos, luego de un par de horas de ascender la cuesta, pasando un encino en forma de cruz que años atrás se veneraba, una bifurcación conduce a las comunidades El Milagro y Revolcadero.
Superado el agobio de llegar a esas alturas, ya en el filo del cerro los pies se deslizaban sin contratiempos en la frescura de la mañana. Todo indicaba que esa vereda solitaria nunca es transitada por personas ajenas al lugar. En esas elevaciones era tan honda la soledad y tan preciso el silencio, que las pisadas en la hojarasca parecían una percusión sumada al viento enredándose en los pinos.
Los hornos de “La Adobera” Fotos: Eliazar Velázquez
Pero no pasaron muchos minutos cuando esa belleza fue rota agresivamente por una imagen: tras una cortina de árboles altos y frondosos, apareció lo que asemejaba un campamento muy estructurado de producción de carbón.
En la atmósfera se percibía tensión, era evidente que se trataba de algo asumido como oculto, al margen de la ley, aunque al mismo tiempo transpiraba impunidad pues estaba justo al lado del camino andable y en un espacio situado en áreas ejidales de uso común.
Había dos hornos activos de gran tamaño, con uno ya habían llenado costales. También se podía observar un techo construido con palos y hule donde los encargados pasan la noche. No parecían estar muy lejos, habían colocado un sombrero como quien marca territorio y dos perros custodiaban el lugar. Las retrancas precisas, los montículos de tierra, el perfecto encostalado del carbón, indicaban que se trataba de manos expertas en ese negocio.
Alrededor se veían las huellas de los árboles derribados, brazos hechos trizas, pedacería, troncos, la naturaleza mancillada, los signos de la voracidad por el dinero a costa de lo que sea.
A ese sitio, entre lugareños se le conoce como “La Adobera”.
Dicen que es por tradición y “necesidad”
Correo pudo corroborar que quienes se dedican a hacer carbón y leña dicen hacerlo por “necesidad”, porque es costumbre heredada y su opción para subsistir; sin embargo, desmintiendo esa postura, vecinos de esas mismas localidades inconformes con la depredación, afirmaron que desde hace muchos años dejó de hacerse para el auto consumo local o para resolver alguna necesidad apremiante, relataron que en la mayoría de los casos se ha convertido en un rentable negocio personal, y que carboneros y leñadores suelen comentar: “Ahí es donde están los billetes…”
Esa tendencia se ha acentuado en las dos últimas décadas a la par de la masiva emigración a los Estados Unidos, y de la proliferación de la narrativa que festeja “el dinero fácil” y da categoría de héroes a quienes trasgreden la ley que protege la Sierra Gorda de Guanajuato.
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Entre los carboneros actuales hay algunos jóvenes “norteños” que en cuanto regresan a su comunidad se involucran en la tala indiscriminada para hacer hornos, mostrando que ya están más cercanos a la mentalidad americana de subordinar todo a la utilidad económica, que al pensamiento antiguo que planteaba un vínculo con la tierra y la naturaleza que no se reducía al dinero.
SI bien se trata de una zona con dificultades de acceso, está situada en una ruta transitable por la que en poco menos de una hora se puede llegar sea a las cabeceras de Xichú o Victoria, por otra parte, no se sostiene el argumento del abandono gubernamental, Correo solicitó al gobierno municipal estadísticas respecto a beneficios recibidos por los habitantes del Revolcadero en años recientes.
En su respuesta se observa que a través de diversos programas estatales y municipales han sido beneficiarios de múltiples insumos y recursos: cemento, forraje, fertilizante, laminas, varillas, manguera, carretillas, molinos eléctricos, block, armex, malla ciclónica, calentadores solares, cuartos dormitorio, materiales para piso, techo y muros. También algunos han recibido apoyo económico por siniestros agropecuarios, y han sido beneficiarios de programas de producción ganadera de traspatio. A eso habría que agregar el apoyo a los adultos mayores y otros subsidios que entrega directamente el gobierno federal a través de la Secretaria del Bienestar.
Encubrimiento y complicidad gubernamental
Panorámica de la Sierra Gorda de Guanajuato. En rojo, principal zona depredada por la tala y el tráfico ilegal de carbón. Foto: Eliazar Velázquez
Para que esto suceda sin ningún control, ni contención, un factor principal ha sido la protección y complicidad durante décadas de las autoridades municipales de Xichú (hasta 2006 siempre gobernó el PRI, y luego el PAN quince años consecutivos) conocen perfectamente lo que acontece pero nunca han intervenido, tanto por cálculos electorales, como porque algunos de los que protagonizan esta práctica ilícita son también sus operadores o aliados políticos en esa porción geográfica.
Los directivos de la Reserva de la Biósfera, también hace años conocen el problema, pero su respuesta siempre ha sido la pasividad y la omisión.
Las afectaciones más visibles se ubican en los ejidos “Misión de Santa Rosa” y “Xichú”, con daños colaterales al ejido “Llano Grande” y otros aledaños, sin embargo, como parte de un hábil blindaje que les da poder e información, quienes realizan esas actividades suelen controlar, ellos mismos o sus familiares, cargos como el de delegado auxiliar, posiciones en el comisariado o hasta empleos asalariados en brigadas contra incendios o de monitoreo ambiental; aunque también no ha faltado quien recurra a la intimidación, por eso casi nadie se atreve a cuestionarlos.
En tiempos recientes sólo se tienen evidencias de un presidente de comisariado, don Santiago Camacho González, ya fallecido, quien arriesgando su integridad, en agosto de 2015 se adentró en las montañas altas a revisar una tala de árboles de la que fue informado. Mediante un oficio, fechado el 24 de ese mismo mes, dio aviso al director de la Reserva de la Biósfera de los destrozos y de la intimidación de que fue objeto, pero sin obtener mayores resultados:
“En el Cerro de la Cruz se contabilizaron 9 encinos entre 15 y 20 centímetros de grosor y un pino lacio de 30 centímetros de grosor, los encinos fueron cortados con motosierra desde la base y cubiertos con tierra y hojarasca. De ahí nos dirigimos a otro lugar llamado El Fraile en donde se encontraban dos hornos de carbón de encino, al acercarnos a la zona se observaron dos hornos, uno activo humeando, en el otro una persona estaba sacando carbón, al llegar nos saludamos, al empezar a hacerle preguntas, de si contaba con permiso para utilizar hornos se enojó y contestó furioso, y al intentar sacar fotos de los hornos amenazó con romper la cámara, al observar que no entendía razones nos fuimos retirando de él por razones de seguridad. De ese horno se observó había otro más o menos a una distancia de 20 metros.
“El lugar donde se encontraban los dos hornos va quedando pelón como un desmonte. Del Cerro de la Cruz se observa derribo de árboles que cargan en vehículos y solo quedan pequeños rastros de ramitas o brazos”.
La ruta del carbón
Conversación con vendedor de carbón
La distribución del carbón y leña se realiza mediante un sistema muy organizado: con sigilo son trasladados en camionetas durante la madrugada, los costales son cubiertos con lona. Esta operación es realizada por los propios productores, o a través de vecinos de localidades cercanas que fungen como intermediarios y revendedores.
Aunque también llega a sacarse en pleno día, mediante comerciantes que suben a la sierra a vender sus productos y regresan con carbón bajo sus mercancías. Se pudo documentar cuando un comprador estaba saliendo de la comunidad El Revolcadero con un cargamento apenas disfrazado con algunas cajas encima.
Actualmente, el destino inmediato del carbón suele ser la cabecera municipal de Victoria, desde ahí se distribuye a municipios aledaños. Un sector que lo consume mucho son los negocios callejeros de pollos o carne asados. Hay quienes acuden directamente a esa localidad por una decena de bultos comprados a 260 pesos cada uno*, aunque si el intermediario lo acerca, por ejemplo, a San Luis de la Paz, sube a 300 pesos de acuerdo a los precios de finales de enero.
Pero también, en costal o por kilos, se vende en negocios de muy diverso giro; se detectó, por ejemplo, que en la cabecera de Santa Catarina se consigue en una papelería/tienda de plásticos para el hogar, y en la de Victoria en un puesto de verduras del tianguis y hasta en un depósito de bebidas.
Todo el trayecto, desde los hornos hasta el consumidor, se realiza sin obstáculos porque los funcionarios de la Reserva de la Biósfera no se involucran en esas realidades, y porque en las brechas de Xichú, Victoria, o Santa Catarina nunca se observa vigilancia policiaca, mucho menos de madrugada.
Pero igualmente, las autoridades de Tierra Blanca, Doctor Mora o San Luís de la Paz, que son parte de la ruta y destinos de este tráfico ilegal, de día y de noche le han dejado los caminos libres a los carboneros y a sus compradores.
Primera escala en cabecera de Victoria
Intervención estatal en la Sierra Gorda de Guanajuato
Pese a que la Reserva de la Biosfera es de competencia federal, para su protección el estado trabaja desde la parte que le corresponde en materia de prevención pero también de reacción ante la tala clandestina de árboles con la implementación de operativos de seguridad, que han derivado recientemente en la detención de personas foráneas, afirmó la secretaria de Gobierno, Libia García Muñoz Ledo.
Insistió que aunque el Área Natural Protegida (ANP) de la Sierra Gorda está protegida por las autoridades federales, al tratarse de un área ubicada en el territorio del estado y derivado incluso de denuncias ciudadanas es que el gobierno estatal no permanece ajeno a lo que está ocurriendo, principalmente respecto a la tala ilegal.
“Aunque es un tema que entendemos de competencia federal, al darse en el marco de nuestro territorio y al tratarse de un Área Natural Protegida importante para nuestra entidad, nosotros también llevamos a cabo acciones en la materia”, sostuvo.
Sierra Gorda de Guanajuato: Implementan operativos
La funcionaria estatal informó que frente a diversas denuncias ciudadanas, en las que se ha alertado a las autoridades sobre la tala ilegal de árboles, a través de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado (SSPE) se han implementado diversos operativos en la zona, lo que ha derivado en la detención de tala montes.
Dio a conocer que recientemente, con la ayuda de helicópteros equipados con tecnología de video – vigilancia, se detectó a un grupo de personas que participaban en una tala clandestina; esta primeras acciones se implementaron a fin de ubicar el terreno preciso en la Sierra Gorda de Xichú en donde se estaban llevando a cabo estas actividades ilícitas, las cuales fueron del conocimiento de la autoridad federal.
La Secretaria de Gobierno, Libia Denisse García, afirmó que el estado no es ajeno a la devastación de la Sierra Gorda de Guanajuato. Foto: Francisco García
Informó que posteriormente se implementó un operativo con la detención de siete personas de entre 18 y 35 años de edad originarios de Michoacán, Estado de México y Querétaro, quienes trasladaban a bordo de diversas unidades troncos de pino de los cuales no acreditaron la propiedad ni los permisos correspondientes.
En dicho operativo se aseguraron diversos vehículos, moto sierras y 150 troncos de árboles talados; por lo que las personas como lo asegurado se pusieron a disposición de la autoridad federal competente.
Destacó que se trató de un aseguramiento importante que permitirá que se sigan implementando operativos, tanto reactivos como preventivos.
No obstante, Libia García indicó que hasta el momento desconoce el estatus en que se encuentra el procedimiento jurídico respecto a la comisión de este delito o si es que hubo alguna sanción.
Recortes presupuestales afectaron operatividad
En ese sentido, la funcionaria estatal hizo un llamado a las autoridades federales para que se dé seguimiento a las denuncias que se hacen y se informen los resultados.
“Nosotros desde la medida de nuestras atribuciones hacemos lo correspondiente y lo conducente y como ya lo comentaba se ha puesto a disposición, sin embargo si es muy importante que los trámites que inicia Profepa a nivel federal pues también tengan una conclusión, porque también en la medida en que haya sanciones de quién está infringiendo la ley federal, en esa medida habrá menos incentivo para que otras personas como ya lo estamos viendo inclusive, vengan a estas Áreas Naturales Protegidas a llevarse recursos naturales de manera ilegal”.
Indicó que los recortes presupuestales federales han afectado la operatividad de las instancias de ese orden en la entidad, pues antes se contaba incluso con un mayor número de funcionarios que atendían el tema; sin embargo reiteró que desde el gobierno del Estado se ha buscado actuar de manera coordinada y no ser omisos ante las denuncias ciudadanas.
La falta de presupuesto y las omisiones oficiales, han dejado a la Sierra Gorda de Guanajuato en la vulnerabilidad. Foto: Francisco García
“Sí es importante que estos procesos o procedimientos que se inician pues si concluyan con sanciones, porque eso es importante, porque en este último operativo se pusieron a disposición a 7 personas y lo ideal es que si hubiera sanciones al respecto, porque cuando pasa esto con estos grupos se evita que sigan yendo a estas áreas naturales protegidas a hacer uso ilegal de los recursos naturales”.
Dijo que el Estado a través de la Secretaria del Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial (SMAOT) y de la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial (PAOT) ha hecho del conocimiento a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) sobre esta actividad ilegal que se registra en la Sierra Gorda.
A decir de la funcionaria estatal, aunque en el Estado de Guanajuato la legislación en materia ambiental se encuentra acorde con las disposiciones federales, el tema es cómo se pone en práctica esta normativa desde los municipios, que –de entrada- deben tener actualizados su Programas Municipales de Desarrollo Urbano y Ordenamiento Territorial (PMDUOET).
Fortalecer actuación de los municipios
Dijo que entre las acciones que lleva cabo la SMAOT respecto al tema se encuentra el acercamiento que se tiene con los alcaldes y alcaldesas sobre todo en los municipios de Xichú y Victoria, que se localizan en la Sierra Gorda a fin de que en conjunto y desde lo local se establezcan acciones para la protección de dicha ANP, sobre todo en lo que respecta a que conozcan la regulación respecto a esta zona.
Libia García reconoció que en el tema ambiental, en el tema de recursos naturales, todas las autoridades son corresponsables y obligados a actuar de manera eficaz, incluso de manera preventiva. Ahí la importancia de que las autoridades municipales hagan un trabajo de sensibilización con los pobladores de estas regiones a fin de que se logre entender el daño irreversible que causan las talas clandestinas y que ello pone en riesgo el equilibrio ecológico.
La Sierra Gorda de Guanajuato. Foto: Eliazar Velázquez
“A parte de lo reactivo, si hay un trabajo de prevención y de alineación de la política pública de la SMAOT con los municipios, porque además en el Plan de Ordenamiento Territorial del Estado, los municipios tienen que estar alineados a este plan”.
Sin embargo reconoció que falta que los municipios fortalezcan las acciones, en virtud de que los alcaldes y las alcaldesas toman un papel prioritario porque son el primer contacto del ciudadano con la autoridad.
“En materia ambiental también tienen responsabilidades, primero que tengan una política ambiental, segundo que esa política ambiental esté alineada a nuestro plan estatal para que vayan en concordancia y que este primer contacto que ellos tienen con los ciudadanos adviertan prácticas arraigadas que dañan el medio ambiente, porque seguramente las hay, porque anteriormente al no haber esa protección que se da, era muy común que se hiciera, que pudieran hacer uso indiscriminado de los recursos”.
Pero con el avance de la legislación en materia ambiental es necesario que la ciudadanía sepa que ese tipo de actividades, que venían haciendo por generaciones, hoy está prohibida y es ahí en donde la SMAOT en coordinación con los municipios tiene que fortalecer las acciones, “no como una negativa de la autoridad a que realicen una actividad comercial- productiva”, sino bajo un entendimiento de la afectación que se está provocando al medio ambiente y que los primeros afectados son los propios municipios.
Destaca participación ciudadana
Tras destacar que el gobierno estatal está “haciendo lo que le toca” para proteger la Sierra Gorda de Guanajuato, trabajando de manera cercana con los municipios y las comunidades, resaltó la participación ciudadana en materia ambiental, “vemos como hay grupos, organizaciones, movimientos, colectivos, que tienen que ver con la defensa de los territorios de las áreas naturales, de las zonas protegidas, incluso los movimientos contra la minería, la ciudadanía se organiza y ahí creo que la SMAOT hace un gran trabajo de vinculación con estas organizaciones que por sí mismas son vigilantes de estas reservas”.
Es por ello que muchas de las denuncias de las que la autoridad tiene conocimiento provienen de denuncias ciudadanas que levantan la voz ante un uso indiscriminado, por lo que destacó que incluso en la detención de siete talamontes, es claro que los habitantes de la zona, están entendiendo la protección que se debe dar a la Reserva de la Biósfera.
“La Reserva de la Biósfera es importantísima para el equilibrio ecológico en nuestra entidad, por eso si creo que ahí debe seguir habiendo una colaboración muy estrecha del estado con los municipios y también del estado con la federación”, advirtió.
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