Maestra 'Teté' en Guanajuato ha llevado una vida dedicada a la educación: conoce su historia
Guanajuato, Guanajuato.- Esther López Bestanzos, conocida cariñosamente como "Tete", es un ejemplo vivo de dedicación y amor por la enseñanza. Oriunda de Guanajuato, del barrio del Hinojo, esta educadora ha dejado una huella imborrable en la vida de cientos de estudiantes a lo largo de su extensa carrera.
"Yo estudié en la escuela normal, primaria, pues, es la carrera de maestra normalista. La cual he ejercido hasta estos días, con sus momentos por situaciones personales, pero que es una vigencia todavía en mí", comparte Tete, reflejando su compromiso inquebrantable con la educación.
Aunque inicialmente soñaba con ser arquitecta, el destino la llevó por el camino de la docencia. "Desde muy temprana edad, yo recuerdo porque me gustaba mucho dibujar, que yo quería ser arquitecta", recuerda. Sin embargo, siguiendo el consejo de su madre, "Primera, asegúrate una carrera chica, y después tú sabrás lo que haces", Tete se matriculó en la Escuela Normal.
Su carrera la llevó desde pequeñas comunidades de Guanajuato hasta la Ciudad de México. Su primera experiencia docente fue en Mungía, cerca de Irapuato: ”Fue muy grato el lunes, que llegué, y ver que ya estaba gente, esperando, y mi señora se tornaba, para esperarme, y acompañarme a la escuela, gente muy noble, de verdad, de corazón muy grande", recuerda con cariño.
Posteriormente, trabajó por 14 años en la Ciudad de México, en una escuela que era jefatura de sector: "Por ser escuela jefatura de sector, todo lo que dictaba Secretaría de Educación, o todas las innovaciones que ponía, el requisito era que nosotros teníamos que llevarlo a práctica", explica Tete.
La filosofía educativa de "Tete" se basa en despertar el interés de los niños y motivarlos a aprender: "Siempre busqué la manera de motivarlos con algo que fuera, que estuviera en su entorno, y que despertara su interés", comenta. Su enfoque se centra en formar, no solo informar, buscando desarrollar el pensamiento crítico en sus estudiantes.
A lo largo de su carrera, "Tete" ha trabajado en diversas instituciones, tanto públicas como privadas. Su paso por el Instituto Guanajuato fue particularmente significativo, donde implementó estrategias innovadoras para fomentar el aprendizaje autónomo: "Aprender a aprender, que sean ellos los que motiven", explica sobre su filosofía de enseñanza.
La dedicación y el cariño de "Tete" por sus alumnos han trascendido las aulas: “No ha habido un solo alumno que cuando lo vea no explotemos de abrazos", comparte con emoción. Incluso recuerda con orgullo a un alumno que consideraba travieso y que años después la buscó para mostrarle que había ingresado a la carrera de Derecho en la Universidad de Guanajuato.
Más allá de su labor docente, "Tete" es una mujer de múltiples talentos e intereses. Ha cultivado su pasión por la pintura, el cuidado de las plantas y diversas actividades manuales. "Para mí la vida es movimiento", afirma, reflejando su energía incansable.
A pesar de encontrarse en las etapas finales de su carrera, "Tete" mantiene el mismo entusiasmo que la caracterizó desde sus inicios. Para las nuevas generaciones de maestros, tiene un mensaje claro: "Disfruten todo lo que hagan. Cuando uno está dispuesto a hacer algo, le encuentra el porqué, el gusto. La satisfacción se la da la disposición que tiene para hacer las cosas".
La maestra "Tete" es un ejemplo inspirador de cómo la vocación, la dedicación y el amor por la enseñanza pueden transformar vidas. Su legado perdurará en el corazón de todos aquellos que tuvieron la fortuna de ser sus alumnos y en la comunidad educativa que ha enriquecido con su sabiduría y calidez humana. Como ella misma reflexiona: "La verdadera columna vertebral de una maestra es formar, no informar".
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