Pese a ser maravillas de México, túneles de Guanajuato sufren vandalismo y abandono
Guanajuato, Guanajuato.- Denominados desde 2007 como una de las 13 maravillas de México por iniciativa del Consejo de Promoción Turística de México, los túneles de Guanajuato son uno de los elementos de la urbe que más atraen a los turistas nacionales e internacionales. Es difícil encontrar una ciudad que tenga tantos túneles, que atraviesen casi todos por la zona centro de la urbe.
Son más de 9 kilómetros de vías subterráneas repartidas en 23 túneles, que, con diversas interconexiones, atraviesan de un lado a otro y a diferentes profundidades el casco histórico de la ciudad. El más antiguo es el túnel del Cuajín o túnel Porfirio Díaz, el cual fue comenzado a construir en junio de 1883 por orden, claro, de Porfirio Díaz, como una medida para prevenir las constantes inundaciones que aquejaban la ciudad. Se concluyó en 1908, tres años después de la gran inundación de 1905. Después, en el siglo XX, se construirían más, como el túnel de El Minero y la Galereña, los cuales fueron construidos con fines de desahogar el tráfico vehicular.
Lamentablemente, hoy quienes deseen aventurarse a conocer los túneles de Guanajuato seguramente se llevarán una mala experiencia. En ellos, los malos olores son la norma, y muchas personas los utilizan como baños públicos. Además, no hay un programa de limpieza y aseo de los túneles, por lo que la experiencia de entrada ya es desagradable. “Jamás les dan una lavadita ni nada; siempre hiede a desechos humanos, es una vergüenza para los visitantes que quieren sacar sus fotos y hasta se andan vomitando cuando les llegan los olores”, comentó Joaquín Aguirre, un transeúnte que utiliza a diario uno de los túneles que conectan al túnel Ponciano Aguilar con la calle subterránea.
Luego viene el asunto de la basura. “Son pocas las veces que se ve personal de aseo público dándoles aunque sea una barrida, casi siempre hay mucha basura, también la gente que es muy sucia… pero sí hace falta que les pongan más atención, hay tramos donde se están cayendo pedazos”, comentó una mujer de la tercera edad que transita diariamente por el túnel Ponciano Aguilar y el que va de San Luisito a Pocitos.
En diversas partes de los túneles hay piedras de gran tamaño, desprendidas de los muros de los túneles, cuya caída puede poner en riesgo a los transeúntes y automovilistas. También se ha reportado que una o más personas realizan excavaciones en algunos de los túneles, al parecer en busca de betas de mineral. Esta actividad continúa hasta hoy en día, según pudo corroborar el periódico Correo en un recorrido por diversos túneles en los que se pueden ver evidencias de recientes excavaciones.
Y por si fuera poco, en túneles como el Ponciano Aguilar, donde casi a todo lo largo hay estacionamiento público, se han registrado múltiples actos vandálicos y robos.
“Hace falta que haya vigilancia, que pasen los policías dando sus rondines, porque pasan en las camionetas nomás y se les esconden los raterillos… también estaría bueno que les dieran más mantenimiento y limpieza, porque sí huelen muy feo”, comentó Mauricio, estudiante de la Universidad de Guanajuato que deja su moto en el estacionamiento de motos del túnel Ponciano Aguilar.
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