¡Historia de ultratumba! ‘La Niña del Panteón’ busca a su madre en un taxi en Irapuato
Se dice que, cuando vas al panteón, sabes con qué llegas, pero no con qué te vas. Esta es la historia de ‘La Niña del Panteón’ en Irapuato
Se dice que, cuando vas al panteón, sabes con qué llegas, pero no con qué te vas. Esta es la historia de ‘La Niña del Panteón’ en Irapuato. Foto: Especial
Irapuato, Guanajuato.- Se dice que, cuando vas al panteón, sabes con qué llegas, pero no con qué te vas. Entre las tumbas rondan almas que no han podido encontrar la paz y buscan la forma de hallar su luz, sin importar el medio que deban utilizar para lograrlo.
Una de esas historias fue plasmada en el libro Cuentos y Leyendas de Irapuato, escrito por Jorge Iván Otero Salcedo, quien narra la historia de la "Niña del Panteón".
El relato cuenta la historia de una pequeña niña, de apenas ocho años de edad, que, junto a su muñeca enlodada y llena de sangre, abordó un taxi para regresar a casa con su mamá.
¿De qué trata la leyenda de La Niña del Panteón en Irapuato?
Se dice que el taxista, quien vivió la experiencia, contó que, una vez al llevar a una señora al Panteón Municipal a visitar la tumba de su hijo, al terminar el servicio, vio por el retrovisor a una niña pequeña sentada en el centro del asiento, sin percatarse en qué momento se subió.
—¿Dónde está tu mamá? ¿Vienes sola? —preguntó el taxista.
La pequeña no contestó. Solo dirigía su vacía y extraña mirada hacia la nada.
—¿Vas a algún lado? ¿A dónde te llevo, hija? —insistió el taxista.
—¡Quiero ir con mi mamá! —contestó tímidamente la niña.
—Está bien —respondió el taxista, observando que la pequeña abrazaba entre sus manitas una muñeca rota, enlodada y aparentemente manchada de sangre—. Te llevo con tu mami, pero dime dónde está, porque yo no sé.
—Vivo por la Calzada de Guadalupe —contestó la niña.
La niña se mantenía con la mirada vacía y extraviada mientras el taxista conducía hacia la Calzada. Su rostro no tenía expresión, pero sus labios eran oscuros, casi negros, en contraste con la palidez de su piel. Su cabello, negro y atado en dos trenzas desaliñadas, enmarcaba un aire de tristeza.
—¿Te gustan los muertos? —preguntó repentinamente la niña, sacando al taxista de sus pensamientos y dándole un gran susto.
El chofer sintió que la sangre se le helaba al escuchar esa pregunta, y cuando iba a contestar, la niña señaló hacia una casa grande y abandonada:
—¡Es ahí! En esa casa vive mi mamá.
Cuando el taxista se detuvo, de un momento a otro, la niña ya no estaba en el taxi; solo había dejado la muñeca que llevaba con ella. El taxista tomó la muñeca y tocó a la puerta de la casa para cobrar el servicio.
Un hombre, con rostro cansado y ojos vidriosos, aseguró que en esa casa no había llegado ninguna niña. Entonces, el taxista mostró la muñeca, como prueba de que decía la verdad.
Al ver la muñeca, el hombre se la arrebató de las manos y comenzó a llorar amargamente. Sorprendido, el taxista le preguntó qué era lo que sucedía y si la niña se encontraba bien.
El hombre le explicó que, hacía apenas dos meses, un conductor ebrio se había subido a la banqueta y arrollado a la niña mientras ella jugaba con su muñeca en ese mismo lugar. Durante el accidente, la muñeca no había sido encontrada, a pesar de que la buscaron afanosamente, pues era la favorita de su hija.
El taxista sintió un escalofrío recorrerle la espina dorsal al saber que, en su taxi, había llevado el espíritu doliente de la pequeña niña. Dándole las condolencias al hombre, se alejó de la casa.
Más noticias de Irapuato
Detectan que pirotecnia en Irapuato y el ruido son causas de muerte de aves
Lucy Laboratorio Móvil promueve ciencia para niños con calaveritas de amaranto en Irapuato
¿Conoces la historia del fantasma en la Plaza de los Fundadores en Irapuato? Aquí te la contamos
