Empresa del camión que arrolló y mató a un niño en Silao se deslinda; no ha dado ningún apoyo
La empresa Aldo Transportes ni siquiera ha ofrecido una disculpa. Foto: Karla Silva
Silao, Guanajuato.- La empresa Aldo Transportes, cuyo operador arrolló a una familia en el municipio de Silao, no ha ofrecido disculpas y mucho menos se ha hecho responsable de los gastos por la muerte de Edwin Antony, un pequeño de cinco años de edad que estaba por iniciar su educación primaria.
El hecho de tránsito ocurrió a eso de las 3:00 de la tarde del pasado martes 11 de julio, cuando Edwin y su hermano mayor Axel Uriel -de ocho años- acudieron junto a su tía Arcelia a un minisúper para comprar un refresco, antojo al que pocas veces tenían acceso pero que les serviría para acompañar los tacos de longaniza que les había preparado.
"Venía con mis sobrinos del 'Bara', que les fui a comprar unos refresquitos porque iban a comer...traía uno (niño) de cada lado, se paró el camión y nosotros avanzamos (para cruzar), y como que arrancó", narra Arcelia Serrano Cuéllar, todavía aturdida por el impacto y horas después de haber salido del hospital.
Cuando se dio cuenta de lo ocurrido, logró arrastrase para salir de abajo de la pesada unidad que le pasó sobre las piernas.
"Yo lo que quería era sacar al niño, al chiquito que se me murió, mi bebé".
El incidente trágico sucedió unos 40 metros de su vivienda.
Desde hace un año cuida a un total de cuatro hermanitos, entre ellos el gemelo de Edwin, con quien el próximo lunes se graduaría del preescolar que se encuentra en la misma colonia Reforma. En marzo su papá viajó a Estados Unidos en busca de darles una mejor vida.
Incrédula ante lo sucedido, en su estancia en el hospital nadie le decía cómo se encontraba el pequeño, quien debido a la gravedad de sus heridas falleció mientras era atendido por los médicos, "hasta que entró (a la habitación) mi hermana en la noche, me dijo que ya se había muerto".
Arcelia convalece por dolor en pecho, brazos, laceraciones en piernas y brazos, así como una fisura en el pie, que le fueron atendidos en el Hospital General de Silao. De ella se ha hecho cargo Cecilia, otra tía paterna de los niños, encarcada de interponer ante el Ministerio Público la denuncia correspondiente.
Entre familiares y personas cercanas hicieron lo posible por reunir recursos económicos para el funeral y para la adquisición de un cajón y de un espacio en el panteón, pues hasta la tarde de este jueves ni la empresa de transporte ni la aseguradora les han apoyado con los gastos derivados de lo que consideró como una imprudencia por parte del conductor.
Un video que circula en redes sociales constata cuál unidad estuvo implicada, cuyo operador que fue detenido en el momento, pero del que se desconoce estatus legal.
"Mi hermana (Arcelia) va a durar cinco semanas ahí (postrada en la cama), y mi sobrino, ¿qué?, ¿quién nos lo va a devolver?", pregunta con el rostro desencajado y con las manos llenas de impotencia. Volvió a referirse a la empresa de transporte y a la aseguradora: "En ningún instante nos han dado la cara para nada, ni disculpas, ni 'tengan (un apoyo)', nada, nada".
Lo anterior pese que a la escena del hecho de tránsito en la calle Ramal de Guanajuato llegaron personal de la aseguradora y personal de Tránsito Municipal, de quienes la familia lamentó que se reían en medio de la tragedia.
Edwin destacaba por su enorme y constante sonrisa. Disfrutaba bailar y le encantaba dibujar hasta las cosas más banales.
"Estaba por salir, el lunes salía del preescolar. Ya le teníamos preparadas sus cosas, ya estábamos listas mi hermana y yo para la entrada de la escuela, ya teníamos sus tenis y sus mochilas, ya teníamos preparadas sus cosas", mismas que ya nunca estrenará.
"Era nuestra luz, y más de mi hermana (Arcelia)", que mientras la escucha no contiene las lágrimas y la desesperación. "Un niño juguetón que todo el tiempo la traía abrazada, (diciéndole) 'Te quiero', besándola y todo", continúa Cecilia.
El sepelio se realizó al mediodía de este jueves y el féretro cruzó frente al preescolar Eva Sámano que lo vio dibujar sus primeros trazos. Ahí fue despedido por sus amigos y compañeros que, con globos blancos en mano, lo acompañaron hasta el cementerio.
JRP
