Molcajetes en Comonfort: Juan Manuel Quintero busca preservar esta tradición


Comonfort, Guanajuato.- Únicos en el país por la piedra volcánica con la que están hechos los molcajetes de Comonfort hoy se venden en toda la República Mexicana y también en diversas partes del mundo.
Agrupados en dos organizaciones son alrededor de 100 artesanos lapidarios que trabajan los molcajetes y mantienen vigente este sector económico representativo del municipio de Comonfort quienes, con su creatividad, esfuerzo y dedicación, han logrado llevar a cabo el nombre de este municipio por diversas partes del mundo.
Juan Manuel Quintero , uno de los molcajeteros más reconocidos de Comonfort, dijo que este oficio lo heredó de su padre y abuelo, quiere también labraron la piedra para preparar estos utensilios de cocina y poder elaborar las mejores salsas. Esto ya que la piedra volcánica del Cerro de Los Remedios, que es materia prima para hacer los molcajetes, tiene unos puntitos blancos que son sales minerales que se impregnan de manera natural en los alimentos que se preparan en los molcajetes, dando un sabor único a las salsas o guacamoles.

Eso es precisamente lo que diferencia a los molcajetes de Comonfort de los que se hacen en otras partes del país. En el municipio todavía se hacen a mano. Juan Manuel Quintero dijo que los molcajeteros de Comonfort no tienen problemas con venderlos porque la gente sabe que cada pieza es única en el mundo y mejor.
“Estamos seguros de nuestro trabajo porque tenemos unas de las mejores piedras del estado, del país quizás hasta mundialmente. Toda la piedra tiene las sales minerales y son lo que hacen única la piedra de aquí de Comonfort”
El artesano relató que su rutina es acudir a la cantera donde extrae su piedra de dos a tres veces por semana. Una vez que quebrada la piedra, selecciona los pedazos más aptos y se les quita un poco del sobrante. Teniendo sus piedras, cuando se puede, las sube en una camioneta y cuando está más complejo, se ayuda de su burro oa veces transporta en carretilla para llevar su materia prima hasta su casa donde tiene su taller.

Ya en su domicilio, toma su lugar sentado en unas cobijas en el suelo y deteniendo las piedras los pies. Sus manos proceden a golpear con una picadera la piedra y así le van dando forma; estas picaderas son originalmente marros que él mismo forja una base de calor y golpes como cualquier herrero antiguo dejándolas puntiagudas.
Sin embargo, los pedidos son muy especiales y diferentes a lo que trabajaron sus ancestros. Ahora le piden piedras con forma de tortugas, peces, salseros con doble cavidad o con decoraciones de flores y otros dibujos. Es cuando a veces se ayuda de maquinaria eléctrica. Juan Manuel cuenta que el molcajete más vendido es el de 8 pulgadas le cabe aproximadamente un litro de salsa.
Este artesano tiene el privilegio de haber labrado el molcajete más grande del municipio que se encuentra a exposición al público en la plazuela Doctor Mora.
“Pues el saber que van a otro lugar (EUA) yo todo el tiempo se los trabajos de corazón, yo hago mi trabajo con cariño, con amor, con pasión lo que es esculpir la piedra yo siento muy bonito y tengo clientes que conozco solo por el teléfono, pero somos amigos”
Sufren molcajeteros para obtener su materia prima en Comonfort
Juan Manuel Quintero señaló que este trabajo le ha dejado grandes satisfacciones. Una la de saber que sus productos son buscados por clientes de diferentes partes del mundo; otra que su trabajo le ha permitido conocer muchos lugares del país donde ha sido invitado por el gobierno para promocionar su artesanía.
Incluso ha viajado a España a eventos turísticos, pero pesar que el artesano sólo termino la primaria, narró que una de las experiencias más gratificantes fue haber dado una conferencia en una universidad de Querétaro frente a 250 estudiantes donde habló de su trabajo.

De acuerdo con Juan Manuel Quintero, se logró obtener la marca colectiva y con la promoción y difusión que se les da a las artesanías del municipio de Comonfort ha mejorado la demanda. Sin embargo, no ha sido suficiente para que muchos de los artesanos de la piedra hayan dejado el oficio en busca de otras opciones de trabajo que les permita mejorar sus ingresos y el sustento de su familia.
Destacó que, si bien hace algunos años todavía se obtenían las piedras de cualquier punto del Cerro de Los Remedios, hace unos 20 años se les prohibió tomar las piedras de lo que hoy es la zona arqueológica en recuperación. Él ha sido afortunado porque ha logrado comprar un predio en otra parte del cerro lejos de la zona arqueológica de dónde saca su piedra, pero muchos de sus compañeros siguen buscando piedras del Cerro de Los Remedios y lamentablemente las canteras tienen un límite.
Comentó que las autoridades deben pensar si quieren mantener este oficio, tradición e identidad de Comonfort de dónde se va a extraer la piedra para estas artesanías en los próximos años porque hoy todo es propiedad privada y los molcajeteros buscan la piedra de donde pueden.