Sin esperanza, pescadores de la Laguna de Yuriria buscan al menos ‘un pececito’ para vender
Yuriria, Guanajuato.- Aunque es tiempo de veda y el nivel de la laguna de Yuriria es de los más bajos en 20 años, estando a días de prácticamente secarse, los pescadores ingresan con la esperanza de sacar algo de pesca para vender y llevar el sustento económico a sus familias.
El número de pescadores es reducido; la mayoría ya acude al campo en sus alrededores en busca de trabajo, otros viajan a los municipios de Celaya y Querétaro a trabajar en pescaderías, y los que quedan han delimitado un pedazo de territorio de la laguna para sembrar hortalizas, aprovechando la humedad, con la esperanza de obtener algo para autoconsumo y venta.
"Casi no sale pesca. Ahorita está difícil. Tienes que ir a donde está el nivel casi a un metro, que es lo más profundo, pero ahí vamos los pocos que nos aventuramos. Nosotros ingresamos en busca de charal, pero, aunque hay poco, aún sale mojarra y carpa, pero ya es lo último", dijo Armando.
Señaló que, junto con su hermano y su papá, ingresan con la lancha, pero casi no prenden el motor hasta llegar a donde el nivel alcanza casi un metro. “Es una zona muy reducida donde hay aún agua y no prendemos el motor porque nos saldría más caro, con el lodo que entra en lugar donde se realiza la labor de ventilación”.
Ya de regreso, tienen que empujar prácticamente la lancha, porque es puro fango.
“Se ve que hay agua, pero ya nada más está embarrada; es solo un espejo sobre el lodo. Te hundes solo unos 30 o 40 centímetros, no más, porque abajo está duro", explicó.
Comentó que, aunque no sale mucho de pesca, por el momento les sale para “la papa” en la casa.
“Es lo que uno busca ahorita. Si no llueve, si se seca la laguna. Ahorita si no llegan las lluvias ya, en unos días solo será un pequeño espejo de agua, si acaso. En días más, vas a poder llegar caminando hasta la isla Patol”.
Otros pescadores como José, Rigo y Víctor, quienes se dedican a sacar el filete del pescado que traen de otras presas, coincidieron en señalar que tienen la esperanza de que se abra la presa de Solís para que ingrese agua y, además, traiga peces a la laguna.
"Dicen que van a meter agua, ahora con el riego que se dará para el campo, pero así decían el otro año y no la echaron, la desvían antes de llegar, allá por el Sabino (comunidad), por el Río Lerma, porque no les conviene echarle aquí, más de un metro, porque no la podrán sacar, de dónde la agarran, también están batallando".
Lorenzo dijo que tuvo la oportunidad de ingresar de manera ilegal a los Estados Unidos.
“Yo tenía la intención de ganar dinero, dólares, para hacer mi casita aquí, pero no es nada fácil. Estás encerrado y cuando sales a trabajar, llevas el temor de que te vayan a agarrar, a deportar. No es buena vida por allá; necesitas papeles para más o menos llevarla. Acá en tu tierra, aunque estás batallando con la pesca, sale para comer. Si no le buscas en otro lado, en el campo, de albañil, pero sin problema. Hoy solo hay que pedirle a Dios que llueva, que se recupere la laguna, porque de aquí vivimos cientos de familias”, platicó.
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