Miércoles, 15 Enero, 2025

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AMLO, cómplice de los excesos de Cuauhtémoc Blanco

Opinión

Héctor de Mauleón

El proceso de entrega recepción del gobierno de Morelos, que reveló obras simuladas y desvíos por al menos 40 millones de pesos durante la administración de Cuauhtémoc Blanco, es la punta de la madeja de un mecanismo de corrupción que ha sido denunciado repetidas veces desde hace cinco años, y que involucra al exfutbolista en los delitos de enriquecimiento ilícito, lavado de dinero, nexos con el crimen organizado, fraude procesal, falsedad de declaración ante autoridad, falsificación de documentos, ejercicio ilícito del servicio público e intento de violación.

Sólo el apoyo y se diría más bien, la complicidad de Andrés Manuel López Obrador, explican la permanencia de Blanco en el gobierno de Morelos y su llegada a la Cámara de Diputados con el fuero constitucional que le impide ser procesado penalmente, a pesar de tener 10 carpetas abiertas en su contra tanto en la Fiscalía Anticorrupción de Morelos como en la Fiscalía General del Estado, e incluso en la Fiscalía General de la República.

En los primeros 100 días del nuevo gobierno, encabezado por la morenista Margarita González Saravia, el entramado de corrupción y el quebranto patrimonial a la hacienda pública dejado por el gobierno de Blanco se ha vuelto inocultable.

En marzo de 2020, el entonces titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Santiago Nieto, presentó en la "mañanera" un complejo esquema financiero a través del cual el jefe de oficina de Blanco, José Manuel Saénz, había enviado a Suiza 740 millones de pesos.

López Obrador detuvo la investigación y exoneró al futbolista.

Dos años más tarde, tras el asesinato de la diputada Gabriela Marín -asesinada a las puertas de una farmacia-, que acusaba a Blanco y su hermano, Ulises Bravo, de desvío de recursos, once diputados de oposición se reunieron con Adán Augusto López, entonces secretario de Gobernación, y con Rosa Icela Rodríguez, secretaria de seguridad pública federal, para exponerle la situación de inseguridad y corrupción que vivía el estado. Fueron recibidos por López con estas palabras: "Para que sepan de una vez: aquí no se va a mover al gobernador".

En una conferencia de prensa que en cualquier otro lugar del mundo habría sacado chispas, Hugo Erick Flores, presidente del partido Encuentro Social que, en alianza con Morena y el PT, llevó a Blanco al gobierno de Morelos, acusó al futbolista de haberse dedicado "desde tu madriguera a planear negocios sucios, a emborracharte, acosar personas, violar leyes, incluso delinquir…".

Flores denunció las fiestas, los excesos, los vicios de Blanco y lo retó incluso a que se practicara un examen toxicológico.

López Obrador le dio el espaldarazo. Y puso a trabajar la maquinaria para destituir al fiscal de Morelos, Uriel Carmona, quien tenía tres carpetas abiertas contra el entonces gobernador y sostenía con este una fuerte rivalidad política.

Cuauhtémoc Blanco llegó a ser el gobernador peor evaluado del país, con una aprobación de 18%. Creó una escandalosa red de nepotismo: le dio cargos a su hermano, a su media hermana, a un primo, a la esposa de este, a dos sobrinos. Según denuncia del partido Redes Sociales Progresistas, benefició a su madre y a dos tías con partidas especiales del presupuesto.

Su media hermana, a quien le había dado un cargo como directora en la Secretaría de Desarrollo Económico y del Trabajo, lo denunció por intento de violación y fue amenazada para que no hiciera público el caso.

En febrero de 2023, a través de solicitudes de transparencia, se probó que había excedido en 142% el gasto programado para comunicación social, el cual pasó de 95 a 230 millones, la mayor parte de los cuales fueron destinados a pagar medios y periodistas locales que taparan sus excesos.

Las filtraciones del colectivo Guacamaya revelaron sus nexos con el crimen organizado. De acuerdo con esos documentos, Blanco había pactado con grupos criminales la entrega del sistema de agua potable y alcantarillado desde que fue alcalde de Cuernavaca.

Quienes sin escrúpulo alguno lo llevaron a ese cargo, los hermanos Julio César y Roberto Carlos Yáñez, confesaron más tarde que le habían pagado 7 millones de pesos para que aceptara la candidatura, pues querían salvar el registro de su partido, el Social Demócrata.

Roberto Carlos detalló los montos, la fecha y el lugar donde se ese dinero fue pagado. El catedrático Raúl Carrancá y Rivas lo denunció por usar una constancia de residencia falsa para cumplir con el requisito indispensable para ser candidato.

Morena decidió cobijarlo y ayudarlo a llegar a la gubernatura. Una vez ahí, contó con el apoyo irrestricto de López Obrador y con la protección del fiscal anticorrupción, Juan Salazar, quien detuvo cada una de las carpetas de investigación, y que hoy, bajo el nuevo gobierno, tendrá que pasar la prueba de fuego de investigarlo por el supuesto faltante de 40 millones de pesos.

¿40 millones? El 26 de julio de 2024, la Auditoría Superior de la Federación detectó irregularidades y faltantes por 3,900 millones de pesos, lo que provocó daños en salud, obra e infraestructura, apoyos a municipios, educación, emergencia y desastres naturales. La excandidata a la gubernatura Lucy Meza ha exhibido documentos que prueban que los desvíos son en realidad de 4 mil millones de pesos, "sólo hasta 2021", y acusa a la nueva gobernadora de querer encubrir al futbolista.

Todo esto sin contar con la reveladora fotografía en la que Blanco apareció al lado de los tres jefes criminales más buscados en el estado, y a la que siguieron una serie de narcomantas en las que le recordaban los pactos y los acuerdos a que había llegado con el crimen organizado.

Todo esto sin contar con las investigaciones que agencias estadounidenses, entre las que figura el FBI, han emprendido en contra suya, de sus cercanos, y de su grupo político.

¿Irá en serio la investigación de Margarita González Saravia?

Lo veremos.
 

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