Lunes, 27 Enero, 2025

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Cómo poner límites a las niñas, niños y adolescentes

Opinión

Gaudencio Rodríguez Juárez

Una pregunta muy frecuente de las madres y padres hacia los profesionales de la educación o de la salud mental suele ser: “¿Qué hacer para que la niña, niño o adolescente haga caso sin tener que recurrir a los gritos, castigos o violencia?”

Lo primero que es importante decir es que para tal fin la clave está en construir y conservar un vínculo sólido y seguro. ¿Por qué? Porque las niñas, niños y adolescentes que tienen un vínculo de este tipo con sus respectivas madres, padres y personas que les cuidan, suelen ser colaboradores y considerados con la autoridad de estos.

Dicho de otra manera, ellas y ellos pueden hacerte caso por el miedo a tus castigos, por interés a los premios que les puedas dar si se portan de tal o cual manera, por la culpa que activan tus chantajes, o por el amor construido a través de un vínculo seguro.

Existen muchas las oportunidades para construir un vínculo fuerte y seguro con las niñas y niños, por ejemplo, la lectura de un cuento, el abrazo o beso previo a acostarlos para dormir, pintar, cantar y jugar, ofrecerles cuidados cuando enferman, etcétera.

Con las y los adolescentes se fortalece el vínculo cuando madres, padres y personas cuidadores atienden sus necesidades de autonomía, comparten momentos del día, apoyan sus planes y proyectos, muestran interés por sus actividades y pasatiempos, proporcionan aliento y respaldo cuando lo necesitan, motivan la exploración, se mantienen disponibles como un refugio seguro cuando se sienten agobiados, etcétera.

Una condición para la construcción de un vínculo seguro es la confianza. He aquí algunas oportunidades para que las niñas, niños y adolescentes mantengan la confianza hacia sus madres, padres y personas cuidadoras:

  • - Hazle sentir que cuentan contigo en todo momento y, que sin importar la gravedad del problema en el que se hayan metido o la falta que hayan cometido, le escucharás, acompañarás y ayudarás a salir adelante de la situación.
  • - Mantente dispuesto y disponible para escucharles y deja abiertas de manera permanente las vías de comunicación.
  • - En el caso de las y los adolescentes, asume que te necesitarán menos de que cuando era niña o niño y que su tendencia natural será hacia la autonomía progresiva, lo cual está bien. No pretendas estar encima de ella o él.
  • - Construye un espacio donde la convivencia trace puentes de interés genuino hacia su mundo, sus percepciones, intereses, miedos y deseos.  Las y los adolescentes se relacionan mejor cuando notan que las personas adultas muestran interés por conocerles en esta intensa etapa de crecimiento.
  • - Formula preguntas reflexivas y abre el debate desde el respeto y la apertura hacia las ideas.
  • - Comparte puntos de vista más que verdades absolutas.
  • - Cuando se trate de abordar conflictos con las y los adolescentes será importante buscar formas creativas de resolución y ser respetuosos para poder analizar el problema, buscar alternativas de solución, elegir la alternativa más viable y conveniente, elaborar un plan de acción y darle seguimiento.
  • - De esta manera, los conflictos se volverán una oportunidad para aprender múltiples habilidades socioemocionales trascendentales para la vida, por ejemplo, comunicación asertiva, empatía, colaboración, negociación, resolución de problemas, entre otras.
  •  Vale la pena decir que cuando se tiene una relación de confianza y seguridad, poner límites de manera respetuosa es muy viable, sobre todo cuando tomamos en consideración ciertos principios y directrices, tales como:
  • - Tomar en cuenta la edad y la singularidad de la niña, niño o adolescente, sus necesidades, así como el entorno y circunstancias en las que se despliega su comportamiento.
  • - La finalidad de los límites y las normas es señalar el camino que posibilita el sano crecimiento y desarrollo de niñas, niños y adolescentes, organizar su entorno, facilitar aprendizajes, favorecer la sana convivencia y establecer un perímetro de seguridad que les permita tomar decisiones y asumir riesgos medidos.
  • - Los límites y las normas se basan en razones y se explican de la manera más clara posible cada que sea necesario.
  • - Los límites y las normas deben ser sencillas y simples, así como tener cierto grado de estabilidad, de manera que no estén en continua discusión y cambiando en función del estado de ánimo de las personas cuidadoras, sino en función de las razones que se dan para ello. Y aplican para chicos y grandes.
  • - Los modelos sociales deseables y no deseables son planteados con claridad y ejemplificados por los adultos.

Trabajemos en la construcción de vínculos seguros y confiables y la complejidad de la crianza no se hará complicada, sino edificante para todas las partes.

Temas

  • Parentalidad
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