Morena y el Verde, problemas en el Paraíso
La alianza fructífera entre Morena y el Partido Verde Ecologista de México, que comenzó en el 2018 con el triunfo de López Obrador y entre otras cosas le ha permitido a la 4T alcanzar mayorías parlamentarias y hacerse del control de estados como Quintana Roo y San Luis Potosí, podría entrar en crisis o de plano romperse por el enfrentamiento que ha comenzado entre los dos partidos, precisamente por ver quién se queda con el jugoso negocio económico y político que es el gobierno de la entidad quintanarroense.
La llamada "joya de la corona" del turismo nacional, conformada por todo el corredor de Cancún y la Riviera Maya, pasando por el nuevo desarrollo de Tulum y el resto de la riqueza natural del estado peninsular, es un codiciado botín que desde su creación en 1974 fue gobernado por el PRI durante cuatro décadas, hasta que en 2016 el PRD, aliado con el PAN, ganó el estado con Carlos Joaquín González, que en el 2022 terminó colaborando con el líder del PVEM, Jorge Emilio González, para que la popular conductora de radio y comunicadora, Mara Lezama, llegara al poder en alianza con Morena.
Hasta ahí todo iba viento en popa. Los millonarios negocios que controla Jorge Emilio González, convertido en una suerte de cacique político y empresarial primero de Cancún y luego de Quintana Roo, le permitieron afianzar su poder con la gobernadora Lezama que, en el camino, si bien mantuvo su lealtad con el llamado "Niño Verde", se acercó a López Obrador, que la convirtió en una de sus gobernadoras favoritas e hizo del estado uno de los enclaves estratégicos de su sexenio por su proyecto faraónico y multimillonario del Tren Maya.
La abundancia de recursos y contratos públicos asociados a una de las obras estrellas del pasado sexenio, que generó múltiples negocios para los grupos de la 4T -desde los hijos del expresidente hasta familias políticas tabasqueñas que emigraron al paraíso quintanarroense–, hizo que el estado viviera una suerte de neocolonización en la que nuevos grupos políticos de la 4T entraron primero en busca de negocio y luego en busca de control político.
La cercanía de las próximas elecciones para renovar la gubernatura está provocando que lo que ha sido hasta ahora una relación de conveniencia y una alianza pragmática entre el PVEM de Jorge Emilio y la 4T, empiece a tambalearse ante las ambiciones de poder que comienzan a enfrentar a los aliados.
Uno de los grupos de la 4T que sentaron sus reales en Quintana Roo en los últimos 7 años es el de la familia Mollinedo. De la mano de Rafael Marín Mollinedo, compadre y amigo cercanísimo del expresidente, los tabasqueños que ya conquistaron el territorio por la vía de los negocios asociados al poder, han puesto ahora la mira en tomar el control político para su grupo y hacerse de la gubernatura quintanarroense.
Eso lo sabe ya Jorge Emilio González y desde las cúpulas del PVEM han empezado a confrontar a los integrantes del Grupo Tabasco a través de videos y publicaciones en las redes sociales, en los que se exhibe como el exdirector de las Aduanas Federales y actual representante de México ante la OMC, ha ido tejiendo una red política-familiar para ocupar posiciones de poder y cargos públicos en el estado, y ahora busca aprovechar su cercanía y confianza con el expresidente para pedir que Morena lo postule como su candidato a la gubernatura en el 27.
Está claro que la luna de miel entre el PVEM y la 4T podría estar llegando a su fin, al menos en Quintana Roo, donde lo que se ve venir es una lucha fratricida entre los aliados por ver quién se queda con el redituable estado turístico: si se mantiene bajo el control de los verdes o si se lo quedan los tabasqueños a través de Morena.
Veremos si López Obrador, que ya una vez rescató a Mollinedo de las Aduanas cuando lo amenazaron de muerte y lo mandó a la comodidad el exilio dorado en la OMC, impulsa a su compadre y amigo al gobierno de Quintana Roo, aún a costa de romper su redituable alianza con los Verdes y con Jorge Emilio... Los dados giran y mandan escalera doble y un buen fin de semana para los lectores.
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