Lunes, 17 Febrero, 2025

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Juan Carlos Usabiaga acusa "falta de sensibilidad" del Nuevo Comienzo

Opinión

Miguel Zacarías

YO ACUSO. Con la novedad de que los empresarios de Guanajuato que impulsaban el FIDESSEG siguen dolidos con el gobierno del Nuevo Comienzo que encabeza la gobernadora Libia Dennise García porque, acusan, ahora que la extinción del Fideicomiso está decretada, la autoridad, dicen: no quiere asumir la responsabilidad de pagar los pasivos laborales de empleados que trabajan para las Fundaciones.

NÚMEROS. Se habla de unos 40 empleados cuyos finiquitos estarían costando unos 8 millones de pesos.

NOMBRES. De acuerdo a Juan Carlos Usabiaga, presidente de Actuando en una reunión que tuvo la gobernadora con Juan Yudico y Roberto Novoa, líderes de los CCE de Celaya y León, respectivamente  les habría dicho que el gobierno estatal no se haría cargo de los finiquitos.

Usabiaga dijo que en una reunión que tuvo la gobernadora con Juan Yudico y Roberto Novoa, les dijo, según versión de estos últimos que el gobierno estatal no se haría cargo de los finiquitos y que él ha buscado sin éxito una reunión con la secretaria Corona.

CASO OMISO. Se queja también de que la secretaría del Nuevo Comienzo, Rosario Corona no le ha respondido a la petición de cita que le hizo hace 15 días. Y que la autoridad ya tiene la información de montos, número de empleados, antigüedades pero no hay respuesta y que está sorprendido de la falta de apertura al diálogo.

OLLA EN EBULLICIÓN. Estamos a una semana de que se presente el paquete fiscal del Estado ante el Congreso local y la extinción del FIDESSEG, todavía depara algunos encontronazos o por lo menos diferencias entre gobierno y empresarios quienes, acostumbrados al embeleso y trato de cuates, ahora se sienten ninguneados por la nueva administración estatal.

A VER. En concreto este asunto de la presunta resistencia de la autoridad de no entregar recursos para la liquidación y finiquitos de empleados, puede reeditar las de por sí maltrechas relaciones con un sector del empresariado guanajuatense

LA DEL ESTRIBO…

Los morenistas aglutinados en corrientes diversas que tienen en común la animadversión hacia Ricardo Sheffield estaban de plácemes este fin de semana luego de que el domingo María del Carmen Cuervo ganó la elección interna para la secretaría de Mujeres del comité estatal por 79 votos a 52.

Cuervo es una de las mujeres que fue a denunciar a Ricardo Sheffield ante los tribunales internos de Morena cuando el ahora senador aspiraba a la candidatura a gobernador y algunos grupos querían descarrilarlo.

Creen que la hegemonía e influencia de Sheffield se va a desvanecer al interior del morenismo guanajuatense

 
 

"CHACHIS" MARTÍNEZ: CUANDO ADHERIRSE AL LOPEZ OBRADORISMO ERA PECADO MAYOR

Hace 8 años, cuando sumarse a Morena no era la moda política en Guanajuato y menos de personajes cercanos al sector empresarial, Aurelio Martínez Velázquez quien había sido dirigente de Coparmex y luego regidor priista en el Ayuntamiento que encabezó Bárbara Botello, asistía a un evento de Andrés Manuel López Obrador en León.

Apenas era 2016 y no se veían claras las altas posibilidades del ahora expresidente o por lo menos, en Guanajuato no se tomaban en serio.

Aurelio había sido regidor en la administración de Bárbara Botello pero terminó peleado con la también extricolor después de haber sido uno de sus incondicionales.

 En aquel momento, recién entablada su relación con Andrés Manuel López Obrador y en la posibilidad de ser nominado como candidato a la alcaldía parecía haber un solo gran obstáculo: una eventual inhabilitación por su presunta corresponsabilidad en las irregularidades barbaristas.

Pero todo se desmoronó cuando Ricardo Sheffield apareció en el horizonte. Los expriistas que recalaron en Morena obtuvieron cargos pero no trascender  en la política local.

Pasó con Aurelio Martínez quien sigue siendo delegado de Banobras; lo mismo ocurrió con Miguel Angel Chico quien alcanzó un cargo en la secretaría de Gobernación con Adán Augusto López.

Bárbara Botello, paradójicamente, fue uno de los personajes que alejó a "Chachis" Martínez del PRI y hoy ya está en la 4T, incluso como funcionaria federal tras 2 intentonas de lograr una candidatura.

Y si algo comparten Botello y Aurelio Martínez es la animadversión mutua hacia Sheffield Padilla quien así como bloqueó a “Chachis” en 2018 en su aspiración de ser precandidato a alcalde, lo hizo con Botello en 2024 que buscaba alguna postulación y ser candidata a algo.

Aurelio Martínez saltó a la fama mediática en 2007 cuando arrancaba el sexenio de Juan Manuel Oliva y se posicionó rápidamente como un crítico desde el sector empresarial del gobernador Juan Manuel Oliva.

Saltó luego al PRI y llegó a ser su dirigente y hasta regidor. Se enemistó con Bárbara Botello y recaló en Morena. Se convirtió en crítico de Sheffield y tuvo que bajar el perfil. Un exlíder empresarial que pintaba para mayores cosas y que, debido a sus diferencias con Sheffield no pudo avanzar más.

A 8 años de distancia, las cosas ya no pintan igual para Ricardo Sheffield.

 
 

HASTA SIEMPRE, TOÑO ROCHA

No he conocido persona en mi vida periodística con la que sea más apasionante estar en desacuerdo y debatir, contradecirlo y rebatir sus ideas. Tengo pendiente la recopilación de nuestras discusiones épicas al aire. Fueron una delicia.

Siempre dije que lo más aburrido con Toño Rocha era decirle que estaba de acuerdo con él. Nadie ha retado más mi capacidad de argumentar ante el micrófono.

Contrario a la fama que aboné a construirle, no fue un jefe gruñón, ni atosigante o explosivo. Conmigo fue un maestro peculiar.

Un buen día allá por el 2008 fui a pedirle chamba a La Poderosa: me dijo que había espacio pero no sueldo. Que podría conseguir patrocinador. Pero yo no sé vender ni un cacahuate. Así que entré a la nómina solo cuando mi compañera Gaby Montejano decidió renunciar.

Como jefe y maestro su premisa fue libertad de acción, libertad de expresión. Nunca y hasta la fecha de su partida me dijo de qué temas hablar y de cuáles no. Respetó siempre mi poca o mucha inteligencia.

Fue un líder sin poses. Creo que nunca convocó a una junta de reporteros ni recurrió a esas prácticas tan comunes de los jefes de redacción para controlar plantillas y exigir rendición de cuentas.

Una joya para sus patrones porque la limitación de recursos humanos, la compensó con su enorme talento. Toño Rocha era el noticiero. Una mañana de sequía de notas podía arreglarla con una rabieta, un comentario mordaz o alguna frase célebre. Eso valía la sintonía.

Conviví durante 16 años con el mejor en el periodismo radiofónico de Guanajuato que todavía me dio una lección en el último año de su vida. La forma en que enfrentó la muerte que le avisó con antelación.

El domingo 20 de octubre me dijo que los doctores le habían dicho que su padecimiento no tenía reversa. Lo hizo a través de un mensaje de voz. Sin aspavientos ni dramas. “Nos vemos mañana”, se despidió.

Me quedé atónito sin saber qué responderle. Por fin, me armé de valor el martes siguiente, al terminar el noticiero en el estacionamiento de Promomedios.

-        ¿Y cómo te sientes? ¿Cómo está tu ánimo?, le pregunté

-        “Bien, tranquilo. Como dijo Amado Nervo: vida nada me debes, vida estamos en paz”.

Me dijo con otras palabras que solo esperaba irse con dignidad y sin sufrimiento.

Toño Rocha nunca rehuyó hablar del fin de sus días. Éramos nosotros, sus amigos y compañeros, a quienes incomodaba el tema.

“Voy con los doctores a que me digan cuando me voy a morir”, soltó alguna vez en alguna pausa del noticiero. Así como si estuviera dando la nota del clima.

A principios de noviembre lo visité en el hospital. Fue la penúltima vez que pudimos charlar. Estaba de buenas y bromeaba con la enfermera.

-        ¿Es alérgico a algo señor Rocha?, le preguntó.

-        Sí, soy alérgico a Rosalía, repuso sonriente.

Era broma por supuesto. Porque si alguien estuvo siempre al frente y a su lado fue ella: Rosalía Pedraza Llamas, su compañera de vida y Alejandro Rocha que le asistieron siempre y sin reserva. En las buenas, en las malas y en las peores.

A ambos les doy gracias por la gran oportunidad de dejarme entrar a la vida de Toño, más allá de los micrófonos. De conocer al ser humano, gruñón, talentoso, mordaz, ingenioso. No tengo duda. Su camiseta se retira y nadie la vuelve a portar.

Y a Dios y a la vida, les agradezco el privilegio de haber tenido en él a un maestro, a un compañero y a un amigo. ¡Hasta siempre, Toño!

 

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