Orgullo mexicano
¿Existen en la actualidad figuras del ámbito político capaces de actos revolucionarios, trascendentales como los que llevaron a cabo los denominados ‘héroes de la patria’? Está por verse. Una encuesta revela algunos nombres y divide opiniones.
Septiembre, mes de la patria. El verde, blanco y rojo invaden las calles, se escuchan mariachis por doquier, el lábaro patrio ondea en cada esquina. Adornan los edificios figuras que representan a los protagonistas de la Independencia, figuras confusas, contrahechas, que poca o nula semejanza guardan con Miguel Hidalgo, Ignacio Allende, Josefa Ortiz de Domínguez.
Esos grandes personajes convertidos en ornamenta nos hacen pensar si tiene México nuevos héroes. ¿De qué líderes de la actualidad podríamos sentirnos orgullosos? ¿A quiénes mencionarán con benevolencia los futuros libros de historia?
El 55% de los mexicanos consideran que no existe en nuestros días ningún personaje digno de semejante reconocimiento; esto, según una reciente encuesta que también revela los nombres de aquellos que los entrevistados consideran dignos de su admiración.
Los más admirados
Buena parte de la ciudadanía se enorgullece del presidente Andrés Manuel López Obrador. Así lo releva el estudio que el pasado viernes publicó la consultora ‘Gabinete de Comunicación Estratégica’.
Se preguntó a los encuestados si consideraban que hay algún héroe o figura pública en México del que se sintieran orgullosos. El 41% respondieron SÍ. El 28.2% de este sector dio el nombre de AMLO.
En segundo puesto, aunque un tanto lejos con el 5.3%, se encuentra Xóchitl Gálvez, candidata virtual a la presidencia del Frente Amplio por México. Otra mujer fue mencionada por el 2.4% de los participantes: Norma Lucía Piña, presidenta de la Suprema Corte de Justicia.
¿Por qué sentirse orgullosos del presidente? Los encuestados consideran que “trabaja para el pueblo” y “realiza un buen trabajo”. Esta última respuesta justificó también las menciones de Norma Piña. Respecto a Xóchitl, la senadora panista cuya popularidad ascendió como la espuma recientemente, los mexicanos la admiran “por sus logros” y sus propuestas rumbo a las elecciones 2024.
Ciudadanos que no concentran su atención en la política nacional eligieron al cineasta Guillermo del Toro.
Sin embargo, otros nombres que al parecer sonarán bastante en los próximos meses salieron a relucir: el de Eduardo Verástegui, activista de ultraderecha y aspirante a candidato independiente, y Mariana Rodríguez Cantú, primera dama de Nuevo León a quien su esposo Samuel García destapó como posible senadora.
Orgullo, esa emoción que refiere a aquello que nos genera gran satisfacción; o simplemente, una emoción exaltada en estas fechas, que nos obliga a confiar en los pocos que tienen en sus manos las riendas del país. ¿Son las figuras mencionadas capaces de actos revolucionarios, trascendentales como los que llevaron a cabo los denominados ‘héroes de la patria’? Está por verse.
AMLO vs. Piña
Los tres personajes que encabezan la encuesta se encuentran en medio de diversas controversias.
Comencemos por López Obrador y Norma Piña. Desde que la ministra encabeza la SCJN los encontronazos con el mandatario son frecuentes.
El más reciente acentúa la ruptura entre poderes. AMLO decidió no convocar a Piña a la celebración del grito de la Independencia.
“¡Muera la corrupción!”, exclamó el presidente desde el balcón de Palacio. Es justo de lo que acusa a la titular de la Suprema Corte, al afirmar que el organismo protege delincuentes. Asimismo, argumenta que los jueces federales están en contra de su gobierno.
López Obrador también excluyó del evento a Marcela Guerra, titular de la mesa directiva de la LXV legislatura, y a Ana Lilia Rivera, presidenta de la mesa directiva del Senado. Grupos feministas como la Red Nacional de Mujeres Defensoras de la Paridad, manifestaron que este fue un acto de violencia de género, una decisión motivada por diferencias ideológicas y conflictos personales.
Sin las representantes de los poderes legislativo y judicial, AMLO gritó en contra de la discriminación. Polarizando la administración y la opinión pública, gritó también a favor del amor.
Si Norma Piña ha ganado un lugar en la consulta de ‘Gabinete de Comunicación Estratégica’, tal vez es por cómo ha soportado los constantes reveses del titular del ejecutivo. Este último desencuentro no es un simple “no te invito a mi fiesta”, es una transgresión a protocolos y una nueva afrenta.
Xóchitl en todas partes
En busca de una película de terror en la televisión, di con una entrevista realizada hace unos días a Xóchitl Gálvez, representante del Frente Amplio por México. Buscaba cobre y encontré oro. Bajo un impoluto edredón blanco, el excorresponsal de guerra español, Alberto Peláez, charló alrededor de 40 minutos con la candidata virtual sobre su vida y sus proyectos para el país. Se trataba del programa ‘En la cama con Peláez’ cuya existencia desconocía aunque existe desde 2022.
El formato pretende proyectar intimidad y da lugar a las escenas más surrealistas. Xóchitl se mostró desenvuelta, dicharachera como siempre, interpretando el personaje que la llevó a la preferencia de posibles votantes desde que anunció sus intenciones de contender por la presidencia.
Dos días más tarde vi a Xóchitl en un video donde conocía al cantante Emmanuel, musicalizado con el éxito ‘Toda la vida’. Scrolleando en Instagram me topé con otra entrevista, ahora con el exintegrante del grupo Mercurio, Daniel Merlo.
Xóchitl, en todas partes. Su segundo puesto en la encuesta arriba mencionada no sorprende; ha conseguido generar simpatía y ahora hasta orgullo entre los mexicanos. Veremos si su estrategia sigue funcionando en campaña, si la imagen de ‘pop star’ continúa posicionándola entre las favoritas. Admitámoslo, las elecciones se han convertido en un concurso de popularidad donde caer bien es prioridad.
LO SUPERFLUO: Los mexicanos aún tienen fe en la clase política y en que sus acciones puedan modificar y mejorar el rumbo del país, así lo evidencia la encuesta citada en este texto.
LO PROFUNDO: El concepto de orgullo nacional se ha transformado, tal vez se ha confundido, se ha desvirtuado al grado en que cualquiera podría convertirse en héroe o heroína.