Viernes, 10 Enero, 2025

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Trump, entre la popularidad y los problemas legales

Opinión

Cecilia Durán Mena

Siempre que pienso en Donald Trump me pregunto cómo es posible que una persona sea tan popular y al mismo tiempo ser tan problemática. Lo cierto es que el expresidente de los Estados Unidos es un personaje polémico y polarizador. Es la encarnación de esos casos que amas o detestas con pasión. No hay puntos medios. Es sorprendente como Trump crece en las encuestas a la par de sus problemas legales se multiplican.

Tanto es así que mientras la popularidad de Donald Trump sigue creciendo en forma estable, esta semana el fiscal especial Jack Smith lo acusó de cuatro cargos: conspiración para defraudar al gobierno de Estados Unidos, conspiración para violar los derechos de las personas, conspiración para obstruir un procedimiento oficial y la obstrucción de un procedimiento oficial. Vaya, no se trata de nimiedades. Cualquiera en su lugar estaría desplomándose en el cariño de la gente. Trump, no.

Pero, no son los únicos problemas con la ley que enfrenta el expresidente de los Estados Unidos, es pájaro que trae muchas cuentas. También hay otros cargos penales presentados su contra en los últimos meses: uno del fiscal de distrito de Manhattan y otro del equipo de Smith, que involucran cargos federales separados. Encima de toda está fila de problemas que se le van sumando, pueden no ser los últimos. En los próximos días, la fiscal de distrito del condado de Fulton, Fani Willis, podría pedirle a un gran jurado en Georgia que emita cargos en otra investigación distinta a larga lista sobre los esfuerzos para anular el resultado de las elecciones de 2020, y Trump podría ser un objetivo.

En esta condición, podríamos asumir que el antiguo inquilino de la Casa Blanca anda mal y de malas. A cualquier sujeto común y corriente, cuando le empiezan a tronar problemas por doquier, también se le empiezan a acabar los apoyos. A Donald Trump, no. Las recientes encuestas publicadas en los Estados Unidos que se nutren de datos de esta semana muestran a Trump con la mayor ventaja frente a sus rivales republicanos —es el pico más alto en el que ha estado en este año—y además, algunas casas encuestadoras lo sitúan por encima del presidente Joe Biden.

Según Rasmussen Reports, Trump tiene una ventaja de siete puntos sobre el presidente Biden, y eso que la mayoría de las personas fueron encuestadas después de que el expresidente fuera acusado de nueva cuenta. A los votantes estadounidenses no les importan los problemas del republicano más fuerte del momento. No lo debilitan, más bien lo fortalecen. Si hubiera elecciones generales en este momento, el cuarenta y siete por ciento de los posibles votantes estadounidenses elegirían a Trump, mientras que sólo el cuarenta preferiría a Joe Biden.

Pareciera que la imagen de Trump estuviese confeccionada de oro sólido y puro. Da la impresión de ser la monedita de plata que todos quieren en el bolsillo sin importar sus desportilladuras. Las acusaciones no lo dañan entre su cantera de votantes y queda claro que ni en las encuestas. Si Trump pretende sortear e impedir una condena mientras se postula para presidente, deberá de empeñar mucha energía peleando con estos casos, lo que le va a quitar tiempo, lo va a distraer y no le va a permitir tener la atención necesaria para hacer campaña. Por más que su popularidad no mengue, los malabarismos con cuatro casos penales diferentes son tareas fastidiosas y abrumadoras para cualquier persona. Peor si están tratando a la par de convencer al público de votantes estadounidense para que le den los votos necesarios para volver a despachar en la Oficina Oval. 

Pero ¿qué pasaría si Trump fuese condenado en uno o más casos después de que se hayan emitido todos los votos en las primarias republicanas? Menudo lío. En el escenario en el que las acusaciones de Trump no hayan modificado el terreno político, el próximo año podría complicársele al expresidente y al Partido Republicano si los juicios y las posibles condenas pudieran finalmente alterar las marcadas divisiones partidistas en la opinión pública estadounidense sobre Trump.

Lo cierto es que hoy, Donald Trump anda pisando terreno minado y aunque parece que no las trae todas consigo, sigue avanzando entre la popularidad y los problemas legales. Vaya personaje. En el mundo al revés, al expresidente de los Estados Unidos nada lo detiene.

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