Baldomero Soto, voluntario de la Cruz Roja en Acámbaro, apoyó en el sismo del 2017 en CDMX
Acámbaro, Guanajuato.- Baldomero Soto Herrera, voluntario de la Cruz Roja Delegación Acámbaro, acudió a la Ciudad de México para apoyar a otras corporaciones de emergencia en el rescate de personas que quedaron debajo de los escombros después del sismo registrado el 19 de septiembre de 2017.
Al pertenecer a la Cruz Roja a nivel nacional, se solicita el apoyo de las delegaciones estatales y municipales cuando ocurren siniestros como el del 2017. Baldomero fue uno de los voluntarios de Acámbaro que acudió a prestar su servicio en apoyo de las personas afectadas. Al llegar a la CDMX, le tocó apoyar en la zona de Polanco.
“Ahí apoyamos a personas buscando víctimas con sensores de calor y térmicos, para evitar más daños al momento de entrar a las estructuras”, indicó Baldomero.
Baldomero recuerda que, en los edificios más grandes, ya no había acceso para tanto equipo de rescate. Colaboró con otro grupo que estaba dentro de la ciudad, el cual llevaba suministros más pequeños. También ayudó a levantar escombros donde las víctimas no estaban tan graves. Otra parte del equipo que acudió fue asignada a atender víctimas de códigos verdes o amarillos.
“Si no nos tocó atender a alguna víctima, trabajamos moviendo muchos escombros”.
Trabajó en estructuras pequeñas, donde se ponía en riesgo a las personas atrapadas. Otros voluntarios apoyaban en el área de recepción y separación de víveres. “Era muy importante dar apoyo a la gente que se encontraba allí y que había perdido todo”.
“Había mucho temor y miedo por parte de las personas que tenían familiares en los edificios caídos. Las escenas eran bastante fuertes, pero al final del día, nuestras acciones buscaban no causar más daños, ya que en esas estructuras una piedra sostiene a otra. Al momento de jalar, podríamos afectar más, aunque los daños ya eran considerables y había mucha gente con familiares perdidos”.
Algo que impactó a Baldomero fue ver que había muchas manos dispuestas a ayudar. “Había estudiantes con palas y cascos. En verdad había muchísima gente colaborando”. Apoyar en un siniestro de esa magnitud dejó a Baldomero una experiencia satisfactoria, tanto en lo que realizó como en lo que recibió emocionalmente de la gente a la que ayudó. Este fue el siniestro más grande en el que participó, apoyando a miles de personas durante una tragedia.
Fueron dos días completos en los que ayudó a rescatar personas en la CDMX. La adrenalina que vivió durante esos días nunca le permitió pensar en tomar fotos de lo que sucedía.
“Mi mente estaba enfocada en ayudar a la gente. Ahora, al ver las imágenes que otros compañeros comparten en redes sociales, revivo esos momentos de adrenalina, porque a pesar de que esa adrenalina era buena por ayudar, también teníamos miedo. Al final del día, es algo que se practica como prevención, pero nada se compara con la realidad”.
Para finalizar, Baldomero indicó que es de suma importancia saber qué hacer ante un siniestro de esa magnitud, no solo ante un temblor, sino también en caso de un derrumbe, un accidente o un incendio. Tener conocimiento básico permite a las personas actuar correctamente, especialmente a los más pequeños, quienes pueden compartir lo aprendido y tal vez salvar vidas.
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