Jueves, 09 Enero, 2025

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“Ese periodista ocupa una calentada…”

Opinión

Eliazar Velázquez Benavídez

(Recuento de algunas provocaciones y amagos…)

En México, la verdad periodística sigue atrapada en las  prisiones de grandes intereses. Los esfuerzos por desnudar al poder en un municipio o una región, son batallas personales, que se libran cuerpo a cuerpo, y se dirimen en la intimidad de cada periodista, quien a riesgo propio decide qué delgadas líneas transponer, sabiendo de antemano que en esa aridez hay más soledad, que compañeros de viaje.

A lo largo de los casi seis años de existencia de esta columna (comenzó en enero de 2019), algunos lectores se han interesado en saber si he recibido amenazas, represalias, provocaciones. Atendiendo su inquietud y para dejar testimonio de que no es terso el camino cuando se busca ofrecer a los ciudadanos herramientas para transparentar la vida pública, hago el recuento de algunos sucesos, reservándome, en algunos casos, detalles y datos de personas y lugares específicos. 

1.-Debido a que en la Sierra Gorda y sus alrededores, entre los medios y el poder, ha existido una relación de complicidad y corrupción, una reacción frecuente en los círculos políticos locales frente a lo que  Divisadero publica fue preguntarse: “¿quién le pagó ese ‘periodicazo’?” (como lo definen coloquialmente); “¿quién le filtró la información?”. Siempre acostumbrados a tratar con mercenarios de la información, en su campo mental no cabía siquiera la posibilidad de que en esta zona exista opinión o periodismo de investigación alejado de algún interés económico o partidista. Algunos parece que ya entendieron, otros siguen buscando tres pies al gato.

2.- Una tarde de 2020, en una vivienda aledaña al  jardín de un municipio del noreste, un  alto funcionario de esa alcaldía, en reunión informal le expresó a un “oreja” (oficialmente les llaman de otro modo) de gobierno del estado, su inquietud por el perjuicio que  a su entender les hacía lo que aquí se publica. El espía de secretaría de gobierno, contestó: “No te preocupes, ya lo  tengo en la mira…”.

3.-Un domingo casi anocheciendo, una persona con relaciones de negocio en el gobierno  de uno de los municipios más grandes de la zona, a quien conocía desde que éramos jóvenes, llegó a visitarme. Entre múltiples temas, relató que un político agraviado por los datos que aquí se exhibían, sabiendo de nuestra amistad, en él buscó respuesta a una pregunta: “¿qué es lo que quiere?” – le inquirió, en el tono típico de quien pregunta por el precio del silencio. Ya antes en su oficina, un lunes al leer la columna, había estallado molesto frente a sus colaboradores: “¡¿Alguien lo conoce que pueda hablar con él?!”.

4.-Pero fue en Xichú, el viernes 14 de mayo del 2021, cuando explotó en público el enojo de algunos afectados por este trabajo periodístico En la víspera publiqué una minuciosa investigación sobre una presunta trama de corrupción que involucraba al dos veces ex alcalde y contratista Perfecto González Carbajal, y a la candidata del PAN a la alcaldía, Florina  Zarate Romero, ex tesorera. Como me encontraba fuera del estado, a las 19:11 horas recibí un Whatsapp de un amigo:

-¿Estás escuchando el mitin del PAN? Estaba hablando Lalo Méndez, diciendo puras pendejadas en contra de la columna que sacaste.

En los siguientes minutos empecé a recibir más informes de que en ese mitin se me estaba hostigando, calumniando, buscando intimidarme.

A las 21:00 horas, a través de una llamada telefónica, un hermano mayor me precisó detalles de lo sucedido. Como vive en una calle céntrica, escuchó el barullo del mitin. El evento se realizaba en una cancha distante, pero se oían con claridad los discursos.

De pronto se sorprendió al escuchar mi nombre, puso atención, se dio cuenta que con  tono altanero y retador el coordinador de campaña del PAN, Eduardo Méndez Ramírez, decía más o menos lo siguiente “Sé que mucha gente nos está escuchando y le mandamos decir a Eliazar Velázquez que no le tenemos miedo”. Luego siguió expresando más denostaciones a lo que escribo y a mi persona.

Mi familiar abordó su motocicleta, cuando llegó todavía estaba el discurso. Ya que dejó el micrófono lo interpeló:

-¿Qué dijiste de “Chalo” (en el pueblo desde niño así me dicen). ¡Él no está en Xichú, pero yo estoy!

- Pues lo que dije…

-Él lo que escribe es porque lo investiga y tiene fundamentos para hacerlo…

-Entonces ¿por qué nunca nos han hecho nada? (refiriéndose a que ninguna instancia de gobierno actúa ante denuncias por presuntos actos de corrupción del grupo político al que ese panista pertenece).

-La réplica es un derecho pero con fundamentos y por las vías adecuadas –insistió mi familiar-.

 Un sobrino, al escuchar las agresiones también se acercó al mitin, al ver a su papá rodeado por gente del equipo de la candidata, dirigiéndose al coordinador de campaña, lo tomó con fuerza del rostro, lo levantó, y lo arrojó hacia una camioneta…diciéndole que si tenían pruebas contra mí las presentaran, pero que no calumniara. Luego del forcejeo, la situación se distendió.

Lo más inaudito, cínico e increíble de ese episodio, fue que asumiéndose víctimas y pretendiendo revertir ese cobarde intento de intimidación, en el entorno de la dirigencia estatal del PAN, encabezada por Eduardo López Mares, hurgaron en la redacción del trabajo periodístico que los afectó, y en los siguientes días su candidata formalmente interpuso una denuncia acusando a Correo, a otro colega reportero que buscó reacciones, y a quien esto escribe (único responsable de lo escrito) por supuesta violencia política en razón de género. El IEEG y el TEEG haciendo una interpretación superficial fungieron como comparsas de Acción Nacional y haciéndole el trabajo sucio avalaron lo que en realidad  no era más que un intento de hostigar a periodistas y publicaciones que le incomodan a ese partido. El asunto terminó en la sala regional de  monterrey del TEPJF, donde pusieron las cosas en su justa dimensión.

 
El periodismo en la Sierra Gorda enfrenta amenazas constantes. Foto: Archivo

5.- En labios de mi madre, antes de morir, y en otras personas entrañables, estos años mucho he escuchado la frase: “cuídate, ellos no lo hacen, son cobardes, pero pagan por hacerlo”. Hace semanas un hombre del rumbo me buscó una mañana. Refiriéndose a uno de tantos políticos corruptos de la Sierra Gorda que aquí se ha denunciado, recomendó: “no crea que me mandaron, pero tenga poquito cuidado, se escucha que (fulano) es medio cabrón, no es de confiar, él no lo hace pero lo que si tiene es dinero y quien lo haga,  muchos rumoran: con ese cabrón no hay que meterse, no sabemos quién tiene atrás” .

6.-Una noche de 2023, a días de publicar una extensa investigación sobre la inseguridad y adicciones en Xichú, a pocos metros de mi domicilio, desde un vehículo en movimiento se hicieron detonaciones de arma. Sin que eso necesariamente tuviera que ver con mi labor periodística, mostraba la vulnerabilidad en que se vive, debido al vacío de autoridad intencionalmente propiciado por el alcalde Francisco Orozco Martínez y su consejero Eloy Leal Reséndiz. Los vecinos salimos. Recogí varios casquillos y me dirigí a la comandancia a escasos 100 metros de donde fue la descarga. Salió un policía de FSPE adormilado. En mi mano le mostré los casquillos, pregunté por qué no reaccionaban, su respuesta fue: “es que no tenemos gasolina” 

7.- Cuando en 2022 se publicó en Correo un reportaje que documenta la tala ilegal, la producción clandestina de carbón, la ineptitud frente a esas problemáticas de los funcionarios de la Reserva, la complicidad de las autoridades locales y hasta su involucramiento (el propio secretario particular del alcalde perredista de  Xichú distribuía carbón en su domicilio), entre lugareños de la zona que se sintieron afectados se comentaba que por causa del autor de esta columna ahora  se sentían vigilados, por varias vías llego a mis oídos que algunos de esos depredadoras de la naturaleza, comentaban: “Ese periodista Eliazar, lo que ocupa es una calentada”….

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